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Revelaciones 94

… rezo… (22:44) a (23:06)

 

Yo.- Amado mío, ya has oído de labios de mi esposo, sus planes: ¿Cuáles son tus deseos al respecto? 

+ Amado hijo, Fuerza, así me gusta, que aligeres y cumplas con rapidez mis deseos. A todo te digo que sí, y puedes darle a mi amado hijo Fila , todos mis Escritos, sin tachar nada de su familia. Él está con el corazón dispuesto para entenderlo todo. Y Yo, Dios, le digo:

Amado y fiel hijo mío, tu Dios te ama tanto, que viene en tu ayuda.

Siempre ha sido tu deseo, el que tus padres se demostraran mutuamente su amor.

Tu sed será saciada.

¡Nunca es tarde para tu Dios!

Trabaja junto con mi amado hijo Fuerza; entre los dos, salvaréis el alma de tu padre y devolveréis la salud a tu madre.

Mis deseos se cumplirán, hijo mío, mi amado Fila.

Ni un día, desde que creé el universo, ha dejado de brillar el sol en el cielo, y ésta ha sido mi Voluntad.

Y ahora, mi Voluntad está en tus deseos, en tus sueños de niño, que ahora, oh amado hijo mío, con tus ojos, lo verás. Sí, Fila, verás la felicidad a tu alrededor, y la saborearás y serás feliz en ella, y todos os alegraréis de amarme tanto.

No temas por la enfermedad que tiene tu padre; Yo te diré, amado hijo, Fila, que cuando vuelva a Mí, que cuando su conciencia esté limpia de pecado, será un hombre nuevo.

¡Yo Dios lo certifico!

Sí, hijo mío, muchas enfermedades que padecen mis amados hijos, son por la sencilla razón que saben en su conciencia, que han actuado o actúan contra Dios.

Tu padre, amado hijo Fila, me ama, pero ha enredado tanto su alm, al actuar contra Mí, su Dios, sabiendo que lo hacía así, que sólo mis sacramentos, el de la penitencia y el de la eucaristía, pueden devolverle su salud física.

Fila, amado mío, todo sucederá según mis designios.

Muchos habéis rezado por él, y Yo Dios, siempre escucho la oración y los sacrificios, ofrecidos por el amor de mis hijos.

Pero no puedo actuar, hasta que la parte necesitada, me da una oportunidad.

Y ahora tu padre, amado Fila, me la está dando, y Yo, Dios, presuroso, actúo a través de mis hijos, para rendir esa alma de quién estoy ansioso.

¡Serás muy feliz, hijo mío, mi amado Fila! ¡Yo Dios lo certifico! Tú lo verás.