… rezo… (18:46) a (19:07)
Yo.- ¿Qué deseas decirme de Sinaí?
+ Amado mío, mi hijo pequeño, mi niño en Dios. Sinaí, cuánto te amo, cuánto sufres y cuánto tienes que rezar.
Yo, tu Dios, te comprendo, y te doy mi Corazón.
No me mires con “rencor” por tu sufrir; Yo, no lo deseo, y te ayudaré a que las aguas vuelvan a su cauce natural.
¡Ten fe!
No me pierdas la paz.
Y, lee estos mis Escritos, con amor a mi verdad.
De momento, cuando los lea tu esposa Elenofí, no creerá en ellos, ya que tiene prejuicios humanos por mis hijos amados, Primavera y Fuerza.
Pero te digo, amada hija, ámame.
Ama a tu esposo y entrégate totalmente a sus brazos amorosos.
Necesita de ti, hija mía Elenofí; no sólo tu compañía, sino el contacto físico que pido al matrimonio; No se lo niegues hijita, que el amor en el matrimonio es santo amor, y mi amado hijo Sinaí, necesita de él, para su equilibrio humano.
¡Dáselo!
Te lo ordeno Yo, tu Dios.
Amaos con pasión, amaos, que es el deseo de vuestro Dios en el matrimonio.
Serás mucho más feliz, si cumples con este deber de esposa, y vuestros hijos serán felices al ver vuestro amor.
Besaos hijos míos, besaos, acariciaos, amaos y dar fecundidad a vuestro amor.
Yo Dios, sé por qué os lo digo.
Fuerza, mi hijo Sinaí te necesita. Ámale.
Y Yo os bendeciré por el amor que os tengáis unos a otros.
Y tú, amada hija Elenofí, abre tu corazón a mi amada hija Primavera; ella te comprende, también ha sufrido por la muerte de sus hijos y sabe lo que se siente.
Ella te amará por mi amor. Ámala tú, Elenofí, por mi amor.
Ayudaos unos a otros, hijos amados, ayudaos.
Y el mundo verá, por vuestro amor desinteresado, que Yo estoy en vosotros.
Y a través de vuestro ejemplo, me rendiréis almas a Mí, al Dios verdadero, que dirige la Santa Iglesia Católica.
Y todos, por vuestro amor, vendrán a Ella.
Y con Ella, estarán con Dios.
Y se cumplirá la voluntad del Santo, del único Santo, Dios.