… rezo…
+ Amada Primavera, te amo, y tuve que conducirte a mi voluntad. Si te hubiese dejado a tu libre personalidad, no habrías hecho otra cosa que curiosear, ya que eres curiosa, aunque cuando lo eres por mis cosas, me agrada.
Pero te pido: no curiosees tanto en las vidas ajenas; luego, te asustas de saber sus debilidades. Piensa mucho más en Mí, tu Dios, que tanto te ama, y serás mucho más feliz.
Muchas tristezas os las buscáis los hombres mismos, ya que pensáis más en vuestros semejantes, que en la forma de agradarme.
Pero deseo que sepas que a pesar de eso, tu Dios te ama, Primavera, mi niña. Eres mi hija, mi instrumento, y antes de entrar en mi Cielo, deberás, amada flor, ser mejor.
Si me pides te ayude, Yo te ayudo. Si deseas te guíe, te dirijo.
Ninguno de mis hijos, en este mundo, es totalmente perfecto, pero si me amáis, y tú, pequeña, sé que me amas, pídeme te ayude, y Yo, tu Dios y Señor, te ayudaré.
Te amo mi niña, pero, anda, empieza a corregirte, y tú misma te harás más feliz, y harás más feliz a los que se acercan a ti.
Te amo, tu Dios te ama tanto que deseo tu perfección. ¿La pedirás y lucharás por ella?
Yo te amo, Yo, el Dios de dioses, el Único Dios que es perfecto, te ama y desea que todas sus criaturas se perfeccionen por mi amor, por su amor a Mí, que les lleva a cumplir escrupulosamente sus deberes para conmigo y con sus semejantes.
Os amo, hijos míos, perfeccionaos y así seréis imagen de Dios, imagen de Amor, ya que el amor verdadero está lleno y se compone de Verdad, y la Verdad es perfecta, es Dios mismo en sí mismo, ya que Dios es la verdadera perfección del amor, soy Yo.
Buscad a Dios, a Mí, y de camino, llevando vuestra cruz, iréis perfeccionando vuestra alma, y la sencillez y humildad de corazón, os permitirán recibir mis gracias.
Os las doy. Yo Dios todopoderoso, os las doy a todos. ¡A todos, hijos amados!