Saltar al contenido

Revelaciones 80

… rezo… (14:15) a (14:32)

 

Yo.- Y, ¿qué ocurre, amado Dios, cuando alguien no quiere mi amor, cuando me lo “devuelven” diciéndome ¡no!?

+ Tú, Primavera, debes asemejarte a Mí, a Dios, y debes continuar amando, aunque no deseen tu amor o lo desprecien.

El amor, cuando viene de Mí, de Dios, no puede finiquitar por el hecho de despreciártelo.

Si tu amor viene de mi amor, debe continuar derramándose, por tus obras de misericordia, a todos los hombres, aunque te insulten, aunque nieguen de las palabras que te dicto.

Tú, semejante a Mí, a Dios, debes continuar amando, aunque pisen y desprecien tu amor, aunque llores de dolor.

El amor no puede ser que exista en ti, si sólo lo permites existir, si la otra parte lo quiere.

Aunque no lo quiera, aunque te rechace y llegue a llamarte embustera, tu amor, Primavera, debe, tiene que ser, semejante al mío; Yo, Dios, lo doy a todos, a todo, y mi amor está aquí y allí, esperando, esperando me den el sí, me permitan hacer que lo sientan.

Tú debes hacer igual, hija mía, amar y esperar a que la otra parte, lo quiera sentir.

Eso no quiere decir, que debes hacer cosas raras, ¡no!; eres mi hija, mi instrumento, y deseo tu dignidad.

¡No te arrastres jamás, jamás, a los pies de ninguno de tus iguales!

Tú, debes continuar tu vida, amando, amando a esa persona que no te quiere, que te pide te alejes. Y es por tu mismo amor, que debes continuar amando y sirviéndome a Mí, a Dios.

Y tu cruz, por obedecerme, que continúes amándome, te hace semejante a Mí.

¡Yo la llevé y soy Dios! ¡Llévala tú por Mí!

Amar es devolver bien por mal.

No te quejes, no murmures, no juzgues.

Agárrate de mi mano, de la mano de Dios, y tendrás mi paz, y con mi paz, seguirás amando.

¡Ama siempre! Es lo más fácil para ser feliz. Es mi Camino, es mi Verdad y es mi Vida. ¡Soy Amor! ¡Soy Dios!