Saltar al contenido

Revelaciones 8

Jueves, 30 de Enero de 1.997       Rezo…    20:34h. a 20:48h.

Yo.- Amado mío, esta mañana cuando buscaba en el diccionario una palabra que Tú, Dios mío, me dijiste y no entendía, me he encontrado con la denominación de la palabra religión, y la he leído. La anoto:
Religión: f. Complejo de las relaciones que unen el hombre a Dios y deberes que de ello se derivan. Religión católica, la revelada por Jesucristo y conservada por la Santa Iglesia Romana.

+ Sí, hija mía, los hombres de ciencia, los estudiosos, saben la verdad: que la Iglesia Católica, la Iglesia Romana, ¡del Papa!, es la revelada por Mí, por Dios Hijo, Jesucristo, y la conserva el Papa.

Ellos lo saben por los documentos; añadíos a ellos, y creed también por la fe.

Y te pido, amada Primavera, que continúes con el texto del diccionario Vox.

Yo.- Reformada, protestantismo.

+ Daos cuenta, hijos míos, por los hombres de ciencia, que el protestantismo salió del desorden, de desear reformar mi Santa verdad, mi Revelación, la doctrina que Yo, Jesucristo, Dios, deposité en mi primer sucesor: ¡Pedro apóstol! 

Si no veis claro, es que en verdad sois malos.

Aquí ya no os llamo necios, sino ¡malos! Y pagareis por vuestra maldad de no creer ni a Mí, a Dios, ni a la ciencia de los sabios.

Recapacitad, venid a pedir perdón en la confesión, y uníos al Santo Padre, ya que la religión Católica es la revelada por mi Hijo Jesucristo, y conservada por la Santa Iglesia Romana: ¡la del Papa!, ¡la Mía por excelencia!, ¡la vuestra, por mi Santa Gracia! Por dárosla Yo, Dios mismo, en mi amado Hijo Jesucristo.

¡Creed! Y os salvareis.

Poned vuestros ojos fijos al Papa, y cumplid con el catecismo de mi Iglesia Romana, y seréis contados como hijos míos, del Dios verdadero, del Dios vivo y que morí por ti, ¡por ti!

 

Rezo…     21:07h. a 21:49h.

+ Amados. ¿Cuántos creéis que Yo, Dios y Jesucristo; somos el Mismo? Pocos, muy pocos.

Creer en Dios casi todos, casi todos creéis, pero que Yo, Jesucristo sea Dios mismo, ¡no os interesa creer!

¿Por qué? Porque de creerlo tendríais que estudiar el Evangelio, y cumplir con los deberes que ello conlleva; y esto no os permitiría pecar, y tendríais que dominaros, esforzaros, y dejar la comodidad, la poltronería.

Ay, hijos míos, cuánto me duele oíros decir: “Sí, claro, yo creo en Dios, en un ser superior que creó el mundo, claro, es natural que crea ya que el mundo no podía salir de nada, algo o alguien lo creó: Dios.”

Y os quedáis tan “anchos”, después de tal explicación; explicación que necesitáis para tranquilizar vuestra inteligencia, mas, vuestro corazón sigue vacío y vuestra conciencia sigue viviendo en el error.

¿Existo realmente Yo, Dios Hijo, Jesucristo? ¡Sí!

¿Y cómo podréis llegar a creer?

Os podría dar mil y un argumentos sacados del Antiguo y Nuevo Testamento, de la Biblia, pero vosotros tenéis prisa, la televisión os espera en la salita, y “leer es tan cansado”. Eso os pasa, no tenéis tiempo para estudiar si Jesucristo es Dios mismo.

¿Y qué hacéis? Muchos, nada. Otros, os unís al primero que pasa y os cuenta su particular visión de la Sagrada Biblia, y como muchos de mis sacerdotes no cumplen con mi doctrina, la doctrina de Dios; igual que multitud de católicos bautizados, ¡no me habéis hallado! O me habéis abandonado.

Y Yo, Dios Hijo, morí por ti, en Jesucristo; y tú, sin enterarte o enterándote mal, y uniéndote a los protestantes.

¿Y qué creéis que puedo hacer para daros a conocer la verdad?

Ah, aquí todos os pensáis que no hago nada, ¡nada!

Y os pregunto; ¿quién no conoce al Papa?

Él es el “Cristo”, mi representante, es decir, Yo, Dios Hijo, sigo vivo en él y en su voz y en su presencia fiel.

¿No habla de Mí? Sí, ¿verdad?

Incluso se apoya en el bastón que tiene mi imagen, la imagen de Dios Hijo en la crucifixión.

Ah, pero lo habéis visto tanto, que ni os habéis fijado. Pensáis en él como al representante de la Iglesia Católica, no como a lo que también es: el sucesor de Jesucristo, Mío, de Dios.

Veis sin ver, oís sin oír.

Y mirad que mi amado hijo, el Papa, no se cansa de viajar por el mundo llevando mi mensaje, el mensaje de Dios, que os dice que Jesucristo, después de su muerte; resucité y me elevé en Cuerpo y Alma al Cielo.

¡Nadie halló mi cuerpo muerto! Y es que, ¡estoy vivo!

Aquí radica la fe, la verdadera fe; en que te lo creas, en que creas la verdad auténtica:

Dios es Jesucristo.

Dios es Dios Padre.

Dios es Dios Espíritu Santo.

Y Soy Dios.

La fe, si no la tienes, puedes pedírmela y te la daré, lo sello con mi santo sello.

Acude a Santa María; ah claro, en ella tampoco crees: pues de ella, también da testimonio el Papa, mi sucesor.

¿Cuánto más tendrá que viajar para que veáis y creáis su verdad?

Yo, Cristo, te agradezco, amado Karol, todos tus viajes. Ya sé que estás cansado, pero mira, muchos aún no se han enterado a quién representas: a Mí, a Dios Hijo, Jesucristo.

Te doy la salud, amado mío, para que sigas viajando: es imprescindible que el mundo sepa de ti, ya que si te ven, Yo, Dios Hijo, no moriré en el olvido.

Yo, que morí por el mundo, debo en ti y en tus sucesores, mis sucesores, peregrinar por el mundo, para que éste crea, o, por lo menos, sepa que Yo, Jesucristo, morí por el mundo, por cada uno del mundo.

Hijo mío, mi buen Karol, estás cansado, pero mi amor te sostendrá hasta el final; no sólo por ser el Papa, mi sucesor, sino porque eres como persona: bueno, justo, trabajador de la viña. Yo, Dios, te bendigo, y aunque uniéndome a tu dolor, te digo: anda, vamos, amigo mío, Yo, Dios, estoy contigo, siempre a tu lado, junto a nuestra Madre y con los Ángeles. Te cuido. No temas.

Eres mi representante, mi amado sucesor, el que tiene mi don, el don del Espíritu Santo, que está en ti.

No temas, no dudes, nadie, nadie te dañará; está contigo mi Santa y Todopoderosa Voluntad.

Hay que cristianizar, hay que evangelizar, y luego vendrás a Mí, y junto al Río del Agua Viva, descansarás todo el tiempo de la eternidad.

¡Un abrazo, compañero! No vas solo. Yo, Jesucristo, Yo, Dios Uno y Trino, y Santa María, estamos siempre contigo, Karol mío.