Saltar al contenido

Revelaciones 71

… rezo… (13:23) a (13:58)

 

+ Arrodillaos, hijos míos.

Sed humildes, y humillaos ante Dios.

Me habláis de pie, y no veo vuestra humildad.

Soy Dios, y vosotros mis criaturas.

Os amo, pero no merecéis mi amor.

Arrodillaos ante Mí, y estad de pie ante los hombres.

Y, ¿qué hacen algunos?

Se humillan, se arrastran ante los hombres, y permanecen de pie ante Mí, ¡Dios!

Todo lo que sois, todo lo que tenéis, es por mi Voluntad; por la Voluntad de Dios, no de los hombres, éstos os dan, si Yo, Dios, deseo os den.

Ninguno de mis hijos tiene poder sobre otro, sois iguales.

¡Sois hermanos de un mismo Padre, Yo, Dios!

Pedidme a Mí, y os lo darán por mi Providencia.

Humillaos ante Mí.

¡Arrodillaos con amor!

Y mi amor, el amor de Dios, os alzará ante vuestros hermanos.

Sois iguales.

Que nadie se crea mejor que otro, ya que Yo, Dios, le demostraré su error.

Que nadie se crea inferior a otro.

¡Id con dignidad!

¡Eres, sois, mis hijos!, ¡¡mis hijos!!, los hijos del Dios Vivo, los hijos rescatados con la misma Sangre de Dios.

Yo, os amo. ¡Dios os ama!

Y por mi amor os digo:

Si morí por vosotros, arrodillaos ante Dios, por el amor que os tengo.

A una madre la amáis; a un Dios, ¡adoradme!

En vuestro gesto de poner las rodillas al suelo, me adoráis con la parte física de vuestra persona, y con el humilde acto, vuestra alma me reconoce como vuestro Señor, por amor, por ser cierto y veraz que habéis salido de mis manos.

Mi Mente os creó, y mi Espíritu os dio vida.

La verdad es que me debéis gloria, por mi amor que os creó, por ese amor que fundó la Iglesia Católica, y que os tiene arropados por mis sacramentos.

¡No estáis desamparados!

Vuestro Padre, Dios, os da al Santo Padre, y él cuida de vosotros.

Si os sentís solos, es porque no acudís a él, a través de mi Iglesia, Católica, Apostólica y Romana.

Y él, junto con vuestra Madre, mi Iglesia, os dicen:

¡No estáis desamparados!

Tenéis Padre y Madre: al Papa y a mi Iglesia.

Arrodillaos cuando el sacerdote hace la consagración, ¡arrodillaos hijos de Dios!

Yo estoy presente y os veo, y deseo comprobar vuestra humildad.

Me debéis respeto como Creador, y amor como Padre y Redentor.

Yo, Dios, deseo ver y que vean, vuestro amor a Mí, ¡al Dios Creador, al Dios Redentor!

Arrodillaos, y Yo, Dios, os alzaré ante los hombres.

No tendréis necesidad de suplicar; ellos, por mi voluntad, os darán lo que os corresponde, como hijos fieles que me sois.

Arrodillaos ante Mí, Dios, y os alzaré ante los hombres, por haberme demostrado vuestro amor, sin avergonzaros de arrodillaros ante los hombres, cuando Yo, Dios, estoy presente.

Y Yo, Dios, os premiaré, y andaréis, ¡siempre!, de mi mano, de la mano del Dios todopoderoso. ¡Lo sello!

Arrodillaos, y mi mano levantará ante los hombres, vuestro honor. ¡Soy Dios! (Y su voz es fuerte y segura).