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Revelaciones 58

Lunes, 22 de enero de 1996… rezo… (9:24) a (9:43)

 

Yo.- Dios mío, mi amado, al Dios verdadero: ¿Qué podemos hacer por Xit, el hermano de la señora Tolo?

+ Hijos míos, Yo, Dios, el Dios de amor y verdadero, deseo que seáis portadores de un nuevo milagro.

Coged agua de Lourdes y, tocando el frasco, decís los dos juntos, tú, Primavera, y tú, Fuerza:

“Por el amor y la misericordia de Dios, que se añada a los méritos de esta agua milagrosa de Lourdes, los deseos del Dios, Uno y Trino”.

Y se cumplirá mi santa Voluntad, por el infinito amor que siento por todos, todos mis hijos, sean fieles a Mí, o apartados de Mí y mi Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Y que beba mi amadísimo hijo Xit. También, que beban su esposa y su hijo. Yo, Dios, ¡Dios!, curaré a los tres, y amanecerá un nuevo día en esta familia.

Con sólo un sorbito, basta.

Que beba de esta agua, mi muy amadísima hija linda, Tolo, y también su hermana, mi amada hija linda, Discuda. Yo, Dios, por mi amor y por la fe de mi niña, Tolo, que lee mis Santos Escritos, os concedo mis milagros. Si puedo hacer uno, puedo hacer cinco, ¡y los hago! ¡Lo veréis y comprobaréis!

Mi amor, el amor de Dios, es el amor más auténtico, y por mi amor, os pido que, cuando os encontréis mejor, acudáis a confesar y a comulgar; ¡deseo Yo, Dios, abrazaros y deciros lo mucho que os amo!, y que si ahora os devuelvo la salud y os aumento los años de vida, también deseo Yo, Dios, vuestro Padre Dios, desea que vengáis todos al Cielo Eterno, Allí, Conmigo y con María santísima, donde no hay dolor ni muerte, juntos todos, eternamente. Os deseo, hijos míos tan amados, os deseo, porque ¡os amo!, y cuando hay amor, hay ganas de estar juntos.

¡Venid a comulgar, después de confesaros, y estaremos juntos!

Seremos tan felices, que desearéis comulgar a menudo, para saber de mis amores.

¡Espero poder abrazaros a los cinco, oh amados hijos de Dios! ¡míos! Sois míos, y os cuido y os devuelvo la salud y la dicha.

Dales una estampa de Mamá, y mía, a cada uno.

¡Veréis mis milagros! Lo sentencio. Yo, Dios, lo sello.

Quedad en paz. Y aumento vuestra fe en Mí, ¡en Dios!