Domingo, 21 de enero de 1996… rezo… (16:58) a (17:12)
Yo.- Dios, oh Dios amado, ¿qué deseas decirnos, amor?
+ Debes escribirle una nota, tocada por Primavera, que le diga:
“Amigo Sus, supongo que ya sabes que Dios habla a través de mi esposa Primavera. Pues ese mismo Dios, me pide te escriba estas líneas, y te diga lo mucho que te ama, y que no tiene en cuenta tu pasado, sino que desea tu futuro, un futuro feliz, amándote con tu esposa Aliz y viendo el amor y respeto de tus hijos y nietos. Tendrás una vida nueva, si te confiesas ante un sacerdote y vas a comulgar.
Yo, Dios, te espero, amadísimo hijo, Sus. Ya no recuerdas lo mucho que me amabas, y lo feliz y orgulloso que estabas con los hijos que ibais teniendo, y que Yo, Dios, te bendecía con ellos.
Ven a comulgar, y volverá nuestra amistad.
Yo siempre te he estado esperando y te espero.
¡Ven!
Ven y te daré la felicidad Eterna y terrenal.
Y mi milagro por ti, por mi amor, será ver florecer tu fuente de capital.
Volverá tu honra ante los hombres, honra moral y económica.
Yo, ¡Dios!, te lo concedo por mi amor, si regresas a Mí.
Sí, Sus, serás muy feliz.
Soy Dios, y te lo concedo, a cambio de tu sí. ¡Dámelo! ¿Qué puedes perder?”