Viernes, 15 de marzo de 1.996… Rezo… (19:30 h) a (19:52 h).
Yo.- Amado Dios. Te piden les ayudes, Dantus y Fabre, por un problema que tienen.
+ Mi ayuda baja del Cielo, amigos míos. Rezad los dos juntos, esta oración, salida de mis labios:
“Por orden y autoridad del Dios todopoderoso, por su amor fiel al nuestro, que los ángeles preparen nuestro camino, en los mínimos detalles. Y por la voluntad de Dios, Uno y Trino, se cumplan Sus deseos sin ningún contratiempo. Amén, amén, amén”.
El día de la visita, la volvéis a rezar; estad correctos con ellos, y tranquilos, con la confianza de que todo lo que pasa es providencial. Os amo, Dantus y Fabre, sois amados por el autor de la vida, de toda la vida. ¡Os doy mi paz! Quedad en ella, amados de Dios.
Rezo…
Yo.- Amor mío y Dios bueno y justo. Nuestro amigo Edón que te pidió por una persona, dice que le sorprende tu respuesta.
+ Más te sorprenderías, amado Edón, si supieras de la verdad de muchas cosas y acontecimientos.
Rezo…
Yo.- Edón, nos ruega te encomendemos un asunto profesional que le preocupa. También te pide fijes una cantidad ¿Deseas hacerlo?
+Todo lo que llega a Dios, a través de vuestro corazón, es escuchado por Mí, sopesado, y lanzo mi Providencia, según lo mejor para mi hijo amado o mi hija amada.
Yo, Dios, te pido que reces la siguiente oración:
“Por orden y autoridad del Dios todopoderoso, por su amor fiel al mío, que los ángeles preparen mi camino, en los mínimos detalles, y por la voluntad de Dios, Uno y Trino, se cumplan sus deseos sin ningún contratiempo. Amén, amén, amén”.
Y cada día, rezas esta otra; estate pendiente de sus palabras, ya que te darán automáticamente mi paz, la paz de Dios:
“Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo; gloria a santa María y a san José; que los ángeles nos ayuden, y Dios Espíritu Santo, guie nuestra persona toda, para que seamos felices y útiles a la voluntad de Dios. Él, está con nosotros, y todo lo que ocurra, será provechoso para su santa voluntad. Amén, amén, amén”.
Queda tranquilo, amado mío; en breve, todo cambiará; tú lo verás.
Ten fe, hijo mío; no desesperes de la prueba que estás pasando.
La vida eterna tiene un precio, vuestra perfección.
Y Yo, Dios, os pruebo.
Todos los acontecimientos de vuestra vida, son para los fines de Dios y su justicia.
Te amo, bondadoso y feliz Edón; queda con mi paz y acógete a mi amor y al amor de nuestra Madre.
Ella pide por ti.
Y Yo, Dios, escucho toda palabra de mi amada.
¡Ten fe!
Sé, con esas personas que te entrevistarás, correcto y educado, pero no hables demasiado. Expón los hechos.
Viste como digno hijo mío que eres.
Quien ayune, se ponga perfume.
Deseo decir con ello, que aunque uno sufra, los demás no lo sepan.
Sabiéndolo Yo, Dios, no hace falta hablar más de la cuenta.
Ya que soy Yo, Dios, y mi Providencia, quien dirige la vida de las personas que tienen mi luz y están en gracia.
Tú, amado apóstol mío, eres un buen hijo, y Yo soy un buen Padre. ¡Soy Dios!
Yo.- Dime amado.
+ No tienes por qué esconder nada, todo sale de la voz de Dios, como el maná caído del cielo, que alimentaba a mis hijos.
Yo, Dios, os alimento con mis gracias, que derramo en vosotros, cuando vuestro amor me lo entregáis sin condición.
La vida es un tránsito, y Yo, Dios, estoy esperando lo andéis con mi alimento, el alimento de mi Palabra, que ponéis en acción, cumpliendo mis diez mandamientos.
La vida en la tierra, puede ser, o bien una pesadilla, o bien un buen amanecer.
Si me abandonáis; si vivís sin Dios, os cercará la pesadilla de ir de aquí para allá, sin rumbo fijo, sin una luz, siempre corriendo, y riendo de boca para fuera, por no llorar.
Pero si vais agarrados de mi mano, el azote de la imperfección del mundo y de vosotros, no os tira por el suelo: ¡Yo, Dios, os sostengo!
Y veis, de continuo, un buen amanecer.
El amanecer de acudir asiduamente a mis sacramentos, que os hacen sonreír corazón adentro.
Amados míos, buscad mi Voz, discernid mis santas Palabras, acercaos a mi Única Iglesia; amad y obedeced al que tanto os ama, al Papa. Él os espera, como Yo, Dios.
+ Amado Fuerza, llama a tu tía Culebra, e interésate por la salud de tu padre. Te lo pido con mi amor, por mi amor. Os amo a los dos.