Saltar al contenido

Revelaciones 51

… rezo… (12:02) a (12:27)

 

Yo.- Así, tumbada totalmente y boca abajo, con el corazón sollozante, te pido humildemente perdón, Dios y amor mío, por querer y tener necesidad de que las personas me amen. Contigo, Dios mío, y con Mamá, debería bastarme. ¡Perdóname! Yo no quiero apartar mis ojos de Ti. Y tienes razón, el amor humano me separa de Ti, ya que acapara instantes de mis pensamientos, y pone congoja a mi corazón, el que no me quieran, no me comprendan y no deseen ni hablarme, como es el caso de Lix. Te amo, Dios mío, y renuncio a pedirte que deseo su cariño ¡Que no me lo den!, ya que eso me separa de Ti.

Creo que Tú, eres Dios; el que me habla al espíritu, y veo tu amado rostro, Jesucristo.

Ríete para mí. Sólo Tú me bastas; no quiero nada más, no me lo des, ya que eso hace que no piense continuamente en Ti. 

+ Amada hija, (- sonríe feliz) por mi amor, luchas contigo misma, por mi amor, te niegas a ti misma, por mi amor, amas, y por mi amor, te amarán. Te será más difícil pensar en Mí, pero Yo, Dios, deseo que luches contigo misma, para tu Dios y Señor, y sabiendo que te aman y viendo su amor, tendrás que esforzarte en pensar y amarme a Mí, Dios, ante todo. No voy a ponértelo fácil, te amarán y mucho, pero tú deberás amarme a Mí, a Dios, sobre todas las cosas. (- Y sonríe con una ternura muy dulce y cariñosa) Es más difícil, amada hija, Primavera, que veas que te aman, y, a pesar de tú corresponderlos, amarme a Mí, a Dios, sobre todas las cosas y personas.

Os daré, amados Fuerza y Primavera, bienes materiales como jamás soñasteis ni quisisteis, y os probaré el corazón: Es más difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos, que un camello pase por el ojo de una aguja. Y vosotros, amados, tendréis que demostrarme y demostrar al mundo, que las riquezas no podrán comprar vuestra alma, que pertenece a Dios. Os será difícil, pero todo lo que Dios pide a los hombres, se puede hacer. Pensad en Mí, Dios, y amadme sobre todas las cosas y personas. Tendréis ocasión de demostrarme vuestra fidelidad. Yo os recompensaré de ella en la Eternidad Celestial.

Os esperan tiempos difíciles de pruebas, pero no temáis, Yo vencí al mundo y me di por todos los hombres, y espero de mis hijos lo mismo. No temáis, podéis salir victoriosos de todas las pruebas, ya que Dios no prueba más de lo que sabe que el hombre puede resistir. Acudid a Mamá, Ella os ama y os aconsejará bien. ¡Os amo, instrumentos míos! Vuestro Dios confía en vosotros. Confiad en Mí, soy todopoderoso, y mis ángeles os custodian. ¡Os amo!