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Revelaciones 47

Miércoles, 8 de Enero de 1.997 Rezo…      13:34h. a 14:30h.

Yo.- Amado Dios, te pido por Bondad y todo lo que hemos hablado con él hoy. Hazle ver la verdad, que los demás abusan de é. Ha empezado a hacer el servicio militar sustitutorio en la Cruz Roja, como objetor de conciencia. Y sus compañeros, desean que haga un proyecto con ellos, poniendo Bondad todo el material y sin contar con Dios ni la familia Lluvia. No permitas que los de fuera de casa, le dominen por el hecho de elogiarlo continuamente. Dime:

+ Os digo que han sido muy acertadas y providenciales las conversaciones que con él habéis tenido. Yo, Dios, proseguiré con la lección, por los acontecimientos que verá y comprobará hoy. Debe aprender a no fiarse de nadie, y menos, de quienes no practican la fe y no usan de los sacramentos de la Santa Iglesia.

Bondad, eres influenciable y te influyen los cargos directivos, las secretarias y los “amigos”. Hoy te haré descubrir que el mundo, sin Dios, es falso y podrido, para que aprendas a salvaguardar tu alma del enemigo. Hay muy pocos que intenten ser buenos en este mundo, y los necios, por no “robar” ni “matar”, los crees buenos; ni tú, hijo mío, eres bueno. Debes vivir para pensar y actuar sólo para Mí, para el Dios perfecto de la Verdad y la única Bondad. Yo, Bondad, te quiero, y no regateo esfuerzo para formarte como a mi amado hijo predilecto. Te he dado muchos dones, pero son dones para servirme a Mí, a Dios, ¡no a los hombres! Busca la verdad y la encontrarás. La verdad está en los hechos, en los tuyos y en los hechos de los demás. Analiza a los hombres que te rodean, no seas tonto y míralos, y medita sus deseos y su voluntad, si es que te aman, te respetan, o te desean manipular por sus gustos, ¡por su libertad!, y no la tuya.

Hay muchas formas de dominar a los hombres, no todo es hacerlos esclavos y golpearlos. Hay maneras sutiles, maneras que te dicen “sí, sí”, pero los hechos son que estás dominado por ellos. Las palabras son dulces, «justas», mas los hechos son hacerte esclavo de ellos. Yo, Dios, os juzgo por los hechos y por la voz.

Aprende a analizar por los hechos de los demás, que muchos van contra su voz, dicen una cosa y hacen otra. Observa, analiza, eres libre, libre para ver la verdad. Y quien no tiene fe ni practica, éste es mucho más fácil que esté en manos de Satanás, ya que no me tiene a Mí, a Dios, por no acudir a mis sacramentos; ¡allí estoy!, y los espero. Ellos van a morir, y si no cumplen en vida, con amor a Mí, a Dios, mi santa voluntad, irán al Infierno con Satán. Y son éstos, éstos son los que te tratan, los que dices que ayudar. ¿Ayudar a qué, a conseguir el éxito humano, o a conseguir la vida en el Cielo? Dices que deseas ayudar a los demás. ¿En qué deseas ayudarlos, a alcanzar la popularidad, o a encontrarme a Mí, a Dios en Unidad? No te pido que vayas sermoneando a los demás, te pido que des ejemplo de santidad. Y los santos no son necios, no se dejan manipular; los santos verdaderos, tienen los pies en el suelo y no son esclavos de los demás, no se venden por una sonrisa o una palmada o una frase muy bien lograda; los santos viven sólo para servirme, y si al servirme, hacen por ello bien a los demás, éste es mi mérito, el mérito de Dios, no de ellos, ya que ellos lo hacen por Mí, sin pensar en los demás, sino que piensan y se obsesionan en cumplir mi santa voluntad, mis diez mandamientos, y los cinco de mi Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana, y haciendo esto, tienen el aplauso del mundo, la fama de ser buenos y justos y perfectos en sus hechos, en su trabajo. Y mi regalo es la eternidad celestial. Lo tienen todo, por ser fieles a Mí, a Dios, y no a los hombres.

Aprende, amado Bondad, de tu padre, aunque es imperfecto, como todos, su vida es una obsesión para amarme y servirme, y esto lo hace varonil, justo y libre. ¡Va a la suya!, por ir a la Mía, a la voluntad de Dios. No mira en manera alguna, la voluntad de los hombres. Y sin embargo, los hombres se hacen a un lado cuando él pasa, y callan cuando él habla, ya que habla la voluntad de Dios. Tu padre no somete a los demás, ¡los deja libres!, incluso a ti, amado Bondad; mas tú, ni nadie, podríais someter jamás, la voluntad de tu padre en algo que él no desee. No le influyen las palabras, lo suficiente como para postergar a Dios, ¡a Mí! Él vive la libertad, la libertad de cumplir con su deber. Tú sabes, has visto muchas veces, que ni tu madre, su esposa, lo somete. Él, sólo se somete a lo que cree. No digo que a veces, no se haya equivocado, es humano, y como todos, ha pecado, mas nadie lo ha dominado. Amado Bondad, debes aprender de la vida, pero Yo, Dios, te he dado a tu padre, Fuerza, para que te sirva de guía. Aunque no es perfecto, puedes y debes fiarte de él; te ama.