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Revelaciones 45

Jueves, 2 de Enero de 1.997 Rezo…      11:00h. a 11:55h.

Yo.- Oh, amado y Divino Dios y Señor Jesús; en Ti confío. Y tal como nos pediste, acudimos a quien sufre.

Kruss, tuvo un derrame cerebral y quedó con un brazo inmovilizado y con dificultades para caminar, (puede dar algunos pasos con ayuda de muletas). Está habitualmente, en silla de ruedas.

Te pide por la paz del mundo; y que se haga Tu voluntad, si es que deseas curarle.

+ Hijo, has acudido tanto a tu Madre, a nuestra Madre, que eres como un niño pequeño en los brazos de María Virgen y Madre Divina, Madre mía, ¡de Dios! Sí, no te asustes de Mí, amadísimo Kruss, que aunque soy Dios, soy también el Jesús Niño, a quien amas tanto, por ser el hijo de María, esa Mujer pura y bondadosa, que te tiene robado el corazón, y que te entrega, por tu amor a Ella, la rosa roja, nombrándote Caballero de su Orden Silenciosa; ya que en el silencio de la queja, está la virtud y la santa pureza.

Amado Kruss, me pides la paz del mundo. Y la paz, aunque la doy Yo, Dios, viene a través de los hombres de corazón valiente, que independientemente de sus limitaciones, me rogáis a Mí, a Dios, por ella. La paz empieza en casa, en la escuela, en el trabajo, en la calle, cuando va uno circulando. Vosotros, junto Conmigo, con el Dios, Uno y Trino, sois los dueños de la paz. Yo, Dios, os di mi paz, y si os la di, es que es vuestra, de los hombres y mujeres de mi Santa y única Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana; ¡las demás son falsas!

Y ¿por qué no hay paz en el mundo?, porque hay pocos cristianos; pedidme, bautizados, y habrá paz en el mundo.

Que se acerquen las gentes a la milicia del Santo Padre, y que cumplan con la doctrina, ¡con toda ella!, no a lo que se les antoje, sino con la totalidad de la revelación del Espíritu Santo, Dios, ¡Yo!

Amado Kruss, deseas la paz, mas crees que la paz es que no haya guerras; mas no es ésta la paz, ya que no sólo el que mata al cuerpo liquida la paz, la paz es más que la no violencia con armas mortíferas; la paz, amado Kruss, es vivir en el amor de Dios, es cumplir con todos y cada uno de mis mandamientos y los de la Santa Iglesia de Dios, ¡la Católica!

La paz es utilizar de los sacramentos y vivir la caridad, es decir, hacer el bien y sólo el bien, por amor a Mí, ¡a Dios!

Hay países que no están en guerra física, es decir, no tienen las armas alzadas, pero todo y así, no tienen paz. Tú, amado Kruss, sufres por las víctimas de la guerra, mas Yo, Dios, las llamo Bienaventuradas, ya que por su sangre derramada en la violencia humana, tienen entrada en mi Paraíso. En cambio, muchos hijos que mueren en los países donde hay “paz”, van sin remedio al fuego eterno de Satanás.

Sí. Haces bien, amado mío, pidiéndome la paz, pero que sea mi paz, no la paz mundana, que mas bien es tranquilidad para poder vivir sin piedad, pensando que Yo, Dios, no existo; ni me necesitan, ni les importo si morí por ellos y su paz eterna, sólo desean consumir, adquirir, y a eso llaman paz, a vivir cómodamente pensando en su futuro, sólo para adquirir nuevos productos, y no les importa violar mis santas leyes, ¡mis diez mandamientos! No viven para vivir, viven para gemir, ya que gimen de continuo para conseguir su objetivo, ¡jamás son felices! ¡No viven en paz! Están en guerra santa con su conciencia, ya que borran de ella, mi Santa y Divina presencia. Esos, esos son los que van a vivir al Infierno eterno, si no rectifican a tiempo, si no acuden a mi única y Santa Iglesia, ¡la Católica, Apostólica y Romana! Y si no son humildes para ir a confesarme sus pecados, esos llevan el estigma, en la frente, de hijos de Satán. Esos no viven en guerra de armas; esos viven la peor guerra, la de su esclavitud al mal.

Sí, hijo mío, haces bien en pedirme por la paz del mundo, ya que ciertamente el mundo vive en una continua guerra, la guerra de apartarme de su corazón. Yo, Dios, tengo en cuenta tu petición, y por ella y gracias a ella, el mundo tendrá un poco menos de guerra.

Pedidme, que Yo, Dios, soy el único que puedo y doy la verdadera paz, la paz del corazón, y también doy la paz en la guerra armada, y esa también es mi paz.

En cuanto a que se haga mi voluntad, en cuanto a curarte, antes, voy a aclararte las grandes alegrías que te esperan por éste tu sufrir, físico y espiritual: Te has abierto paso, y tu morada celestial está engalanada. Sufres por tus pecados pasados, y este sufrir, te los va limpiando, y te diré, amado Kruss, hoy mi voluntad será la voluntad de Santa María, ya que has acudido a Ella, y Ella, nuestra Madre, me presenta tus ruegos, y Yo, Dios, Hijo de María Inmaculada, hago mía su voluntad. Escucha, hijo mío, escucha lo que me dice:

*Hijo mío, Jesús, cúrame a Kruss, no lo hagas por él, hazlo por mi amor a Ti, Hijo mío, Hijo de Dios.

+Y así, Yo, Dios, me someto a mi Santa Madre, ya que Ella me ama, me ama tanto y verdaderamente, y por Ella, deseo tu curación, que será paulatinamente, ya que te deseo en el Cielo, y tu sufrir, te prepara la morada, mas aun te queda tiempo para reír.

Amado Kruss, bebe el agua de Lourdes, que mis instrumentos, Fuerza y Primavera, rezarán con fe y amor, para que Yo, Dios, me una a Santa María, y te cure, no sólo de tu aflicción física, sino también de tu tristeza moral. Bebe, amado hijo, y vivirás y sanarás. Acude a confesar y únete a Mí, a Dios, en la Comunión.