… rezo… (12:12) a (12:38)
Yo.- Amor y Dios mío, ¿hay algún nombre en especial, que deseas que le ponga al bebé que está en mis entrañas? ¡Te amo! ¿Te molesta, Dios mío que te pregunte esto? Si es así, no me contestes y perdóname.
+ (- Se ríe mucho) No me molesta nada. A Dios no le molesta nada. Y sí, hay un nombre que deseo pongáis a mi hija, y éste es: Flos, ya que dará mi perfume. (Yo.-Y sonríe)
Me gusta tanto hablar contigo, Primavera, ya que te sorprendes de todo, pero humildemente lo escribes todo sin doblez. Vas al grano. Y Yo me expreso tan bien a través de ti. No eres perfecta, pero lo intentas, y eso es lo que me agrada de ti.
Acércate más a Mamá en oración, y Ella te aconsejará como mujer y perfecta Madre que es. Confía en Ella, es tu madre y le gusta hacer de Madre; pídele consejo y ayuda, Ella espera ayudaros a todos. Las mujeres santas deben imitarla en todo, sobre todo en amor, humildad y bondad.
* Hijita amada, mi pequeña Primavera; dime bonita. Yo te ayudaré en todo, y mi primera lección es que te asees y te arregles cada día con esmero; la belleza exterior, ayuda a la interior, y tus hijitos, que son los míos, te encontrarán tan guapa, que les alegrarás el corazón. Ya sé, hijita, que a veces, no te encuentras bien y no tienes ganas ni de levantarte de la cama; sacrifícate y haz lo que te sugiero. Te amo, pequeña flor de Dios. (- Y sonríe)
Yo.- Mamá, yo pensaba que Tú, Mamita, sólo hablabas de cosas de Dios y espirituales.
* ¿Y qué más espiritual, amada Primavera, que agradar con tu persona a tus hijos y marido, para que vean que eres feliz de amar a Dios sobre todas las cosas, y de servirle y servirles? (Yo.-Y sonríe)
Te amo pequeña. ¡Os amo a todos! Y si me ocupé del vino, en las bodas de Caná, ¿no me ocuparé, como hacen todas las buenas madres, de la felicidad familiar?
Yo.- ¡Acudiré a Ti siempre, amada Mamita!, ya que te amo cada día, cada instante, mucho, muchísimo más. Y te digo que desde que empecé a escribir todo esto, te he descubierto, y ya nunca te dejaré, y te amo con verdadera locura de corazón, ya que estás en todas las cosas de Dios.
+ Así me gusta, hija mía, que reconozcas a mi Madre, tu Madre, la Virgen Santísima.
¡Todos los hombres, reconocedla!, acudid a Ella, que es la clave del perdón de Dios.
Yo.- Nota: Fuerza, ha buscado en el diccionario, Flos:
– Lo más escogido de algo.
– Virginidad, pureza.
– Piropo, requiebro.