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Revelaciones 43

Martes, 4 de junio de 1.996   Rezo…      12:12 h a 12:36h.

Yo.- Amado y buen Dios, mi Jesús. Te pregunta Unsa:

Yo.- Preguntas de Unsa: 
“¿Debería volver al convento?”
“¿Quieres que sea monja?”
“¿Qué he de hacer con mi futuro?”

+ Amiga mía, mi queridísima Unsa, la niña que me trata como a un amigo. Yo, Dios, soy verdaderamente tu amigo, capitán de tu alma. Sí, deseo regreses a la plegaria a un convento. Hay muchas almas que están a la espera de tus oraciones para poder venir al Cielo; ¡hay muchas almas que te necesitan, amiguita mía, de Jesús! Mi niña, oh, linda Unsa, no te sonrías, no te avergüences de que Yo, Dios, me digne a hablarte. Y es que, te amo, ¡te amo!

Oh Unsa: ¿Quieres ser mi eterna esposa? Soy Jesús, el Cristo que sufrí en la Cruz, en el madero que torturaba mi cuerpo. Cuando estaba allí sufriendo, pensé en ti, en ti exclusivamente, amada Unas, y en exclusiva, en todos y cada uno de los hombres, de los que irían al Cielo Eterno y de los que eternamente padecerían en las horribles llamas del infierno. Y te elegí a ti, Unsa, bonita, para que todas tus oraciones fueran por las almas que viven perdidas en el mundo, para que tú, Unsa, bonita, con tus rezos las ayudaras a llegar al Cielo. ¿Quieres hacerlo? ¿Deseas hacerlo? ¿Amas lo suficiente a tu Dios para que me des tu vida de santa oración, para salvar almas perdidas? Piénsalo, medítalo, llévalo a la oración, y libremente decide. Yo, Dios, Dios Uno y Trino, el Dios vivo, que vivo y actúo en la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que tengo a la Madre más santa, a María Inmaculada, te pido, obedece al Santo Padre. Y si decides ser monja, viste con hábitos de dignidad solemne, con la santa dignidad de ser mi amada esposa, la esposa de Jesús, de Dios, ¡de Dios!

Yo.- Pegunta de Unsa: “¿Quien debería dirigirme?”.

+ Acude a mi amado siervo, el Obispo C, que me ama en verdad, y en verdad me tiene respeto, por ser el Supremo Sacerdote, Yo, Jesucristo. Y Yo mismo, Dios, le bendigo. Y si es fiel a Mí, a Dios, cuando llegue al Cielo, haremos una Santa Fiesta en su honor. Sonarán los clarinetes al son de una celestial Sardana, y mi Madre, la “Moreneta”, la acogerá con amorosa maternidad. Yo, Dios.

 

Rezo…      12:38 h a 12:56 h.

Yo.- Amado Dios, amor de los hombres. Te pregunta Yunstimora, monja de un convento de clausura:

Yo.- Pregunta de Yunstimora: “¿Qué deseas que haga para ser más tuya?”.

+ Ay, bonita mía. (Y veo a Jesús sonreír muy contento). Y es que en verdad, Dios está contento. Eres perseverante. Y Yo, Dios, premiaré esta santa virtud que está arraigada en ti; pero deseo que cumplas mejor las normas de tu fundadora. ¿Lo harás, verdad? Con tu ejemplo y por tu ejemplo, serás más mía, de tu Santo Esposo, Jesucristo.

Es sencillo lo que te pido, obediencia. (Y sonríe Dios). Sonrío por ver el interior de mi niña Yunstimora, al leer mi voluntad en tu escritura. Y te pido, amado Fuerza y a ti Primavera, que preparéis agua de Lourdes, para mi hijita Yunstimora, ya que Yo, Dios, deseo recupere su salud. Amada mía, mi buena Yunstimora, bebe el agua de Lourdes que mis instrumentos te harán llegar, confiesas y comulgas, y verás el santo milagro de Dios, obrarse en ti, bonita Yunstimora. Dadle mi santa explicación que te hice de mis milagros, el día veintiséis de abril.

Léelo y sáciate de las maravillas de Dios. Ámame con tus obras, con la obediencia en acción, por humildad. Yo te amo, y no me cansaré de repetírtelo jamás. Oh, amada Yunstimora, hay un lugar en la eternidad Celestial, que está reservado a tu persona. Y Yo, Dios, te espero, y Santa María, conmigo.

Deseo agradecerte el amor que le tienes al Santo Padre. Él me representa, y amarlo a él, es amar a Dios mismo.

 

Rezo… 13:14 h a 13:28 h.

Yo.- Amado Dios. Te pide Sulsina de Jesús, por la salud de su madre Dusmalitre, que le duele mucho la espalda: ¿Deseas curarla?

+ Yo, Dios, lo deseo, y lo hago. Preparad, amados instrumentos del Dios verdadero y todopoderoso, agua de Lourdes, para mi hija bonita, mi bella Dusmalitre.

Ay, Dusmalitre, Dusmalitre. Tu belleza es preciosa, resplandece en tu corazón. Bebe el agua de Lourdes, confiesas y comulgas. Y mi milagro se verá.

Dadle, amados Fuerza y Primavera, dos estampas, la Mía, y la de Mamá, y la hoja en la que explico mis santos milagros. Ahora yo, tu Dios, te dice:

¿Quieres ser monja, bella Dusmalitre? Si quieres, Yo quiero, y también quiero agradecerte el amor que por Mí sientes y que has enseñado a tus hijos. Te aguarda un sitio en la Gloria Celestial. Vendrás, sí, si me eres fiel, vendrás a Mí, a Dios, y a María Inmaculada. Y quiero agradecer tu amor a la Santa, única y verdadera Iglesia, Católica, Apostólica y Romana. Y por tu amor al Santo Padre, por todo ello, Yo, Dios, Uno y Trino, te bendigo, y con mi bendición te quito el miedo a quedarte sola. Elije tu destino, sin miedo. Yo, jamás te dejaré, mientras tú no me dejes, y vivas en gracia. Por eso, sin miedo, deseo que elijas libremente el hacerte monja o vivir en tu casa, con tus hijos y nietos. Yo, Dios, te tengo preparado el Cielo, tanto si decides una cosa como la otra. Y en las dos, verás mi gran y auténtico amor, ya que el amor de tu Dios es auténtico, sincero, igual que el de la Virgen María.

 

Rezo…      19:24 h a 20:03 h.

Yo.- Amado Dios, Señor Jesús. Tengo varias preguntas de parte de Luzi.

Yo.- Pregunta de Luzi: “”Yo, te doy mi libertad: ¿Qué deseas que haga?”.

+ Hijita mía, mi buena Luzi, te pido que cumplas con mi Iglesia, con mi Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Acude a menudo a la confesión y a la santa comunión. Yo, Dios, te amo y quiero abrazarte muchas veces, antes de que nos encontremos en el Cielo Eterno, en mi Gloria. Antes de acudir a Ella, dame gloria con los hechos de tu vida. Cuida de los pecados de omisión. De estos, también os juzgaré Yo, Dios. Y cumple con la Santa Doctrina Católica.

Te pido a ti, amada Luzi, lo mismo que pido a todos y a cada uno de mis amados hijos. Ten fe. Si Yo, Dios, te lo pido, es que se puede cumplir.

¡Cumplidlo todos los bautizados! Y os llamaré benditos de Dios. Y con vuestro santo ejemplo, me rendiréis almas, y haréis un mundo mejor, un mundo santo, por la gracia de Dios, mi santa gracia, que os doy y recibís al uniros a Mí, a Dios, cuando acudís a recibir los santos sacramentos.

Practicad la Santa Doctrina Católica, y os haré santos, por la unión de vosotros a Mí, a través de los sacramentos.

Es fácil, es fácil amarme. Hacedlo hijos míos. Hazlo tú, bonita Luzi, y enseña así a tus hijos.

Yo.- Pregunta de Luzi: “Virgen María, yo te he ofrecido a mi hija Aldi, desde pequeña. ¿La has aceptado?… Dios mío, utilízala para Ti; ponle dentro la sed de hacer algo para Ti”.

* Yo, María, la esclava de Dios, mi Señor, te acepto a tu hija, pero deseo que ella desee libremente entregárseme a mí, en cuerpo y alma. Si es así, amada Aldi, dímelo; y yo, María, pondré mi sello en tu alma.

Gracias, Luzi, bonita mía, por amarme, por entregarme a tu hija Aldi; a las dos os amo tanto, como jamás nadie os ha amado ni os amará; sólo Dios me sobrepasa en amor, y como mi Hijo es Dios, Yo, María, al ser su Madre Inmaculada, te amo con el amor que mi Hijo Dios me enseñó.

Os amo, bonitas hijas de María, y me agrada que recéis mi santo rosario. Pedid, pedid a través de él, que Yo, María, presento a Dios vuestras peticiones de amor.

Gracias, gracias.

Rezad para mi Iglesia y por el Papa. Él os ama. Yo lo amo y os pido vuestra obediencia para él, y él es la Iglesia, y si es la Iglesia, es Dios, ya que Dios está en la Iglesia, y por estar y darle vida, es Iglesia viva.

Os bendigo, amadas mías.

Yo.- Pregunta de Luzi: “Te pido por las relaciones de mi esposo con nuestra hija”.

+ (Dios sonríe). Me sonrío, ya que tú, Luzi, hija mía, buscas la armonía, y es bueno la busques, mas, es bueno que sepas que los padres y los hijos, no viven en continua armonía, ya que es natural que para enseñar la obediencia, se subleve el hijo, que precisa de las enseñanzas de los padres, para aprender a ser libres al llegar su madurez. Os amáis y eso me agrada. Y en el amor de padres e hijos, hay “violencia” para dar la paz final; mas todo es natural. Yo Dios, os bendigo a los tres, amados hijos, y con mi santa bendición os doy mi paz, y mi paz es verdadera. La comprobaréis en adelante, y sabréis que Dios os ha bendecido por tener mi paz.

No es malo no estar de acuerdo padres e hijos; es lo natural, y por ser natural, es que viene de Mí. Y os recuerdo el cuarto mandamiento: Hijos, honrad a vuestros padres.

Aldi, honra a tu padre y a tu madre. Ellos te dieron el don de la vida, y les debes el regalo más importante e imprescindible de tener, para poder estar otro día eternamente conmigo, con Dios.

Aldi, ama a tus padres. ¡Ámalos! Es mi orden. Y toda orden mía es justa, y por ser justa, se debe cumplir; ¡cúmplelo con tus obras! Sé cariñosa, buena, caritativa, con quien te regaló el don de la vida, con los dos: tu padre y tu madre. Ya que el uno sin el otro, no podían actuar, así que lo hicieron en unidad. Y es, esa unidad, un hecho. No es más padre la madre que el padre. Los dos son padres en la misma medida, y cuando pido su honra, es que los ames igual a uno y a otro: ¡No los ames a uno más que al otro!, ya que la unión de los dos, fue lo que te creó. Y Yo, Dios, te pido amor equitativo y hechos, a ambos por igual. Te lo pido a ti, Aldi, bonita, como lo pido a todos, incluso a tus mismos padres, les pido lo mismo con sus padres.

Cumplid con mi cuarto mandamiento. Yo, Dios, lo hice y os enseñé el camino; seguidlo y os llamarán hijos míos, y os diré: hijos míos.

Así es.

 

Rezo…      20:04 h a 20:17 h.

Yo.- Amado Dios: Funsira se quiere separar de su esposo. ¿Le quieres decir algo?

+ Vas a llorar lágrimas interminables; la dureza de tu corazón te llena de soberbia.

Cuando llores, no te olvides de tu Dios, de Mí, y Yo, Dios, te consolaré el sangrante llanto. No olvides jamás que te amo; si te unes a tu esposo te bendeciré y te llenaré de gracia; ay, hijita bonita, mi amada Funsira, andas tan deprisa, que no meditas.

Hoy sólo te digo: Te amo, te ama el Dios que habito en los Sagrarios. Si deseas hablar conmigo, acude a comulgar, y te llenaré de paz, de esa paz que has perdido y que piensas recuperar rompiendo el santo sacramento del casamiento. No vayas contra Dios. No vayas contra ti misma. Ve a tu esposo, y que él, junto contigo, acuda a limpiar sus pecados en la confesión. Andáis los dos sin mi gracia, y por este hecho, Yo, Dios, no puedo protegeros. Acudid a limpiaros el alma, y Yo, Dios, conduciré vuestras vidas, ya que os amo, y mi amor os hizo libres, por lo cual, si no me pedís ayuda, vais desorientados. ¡Párate, Funsira!, y medita, medita lo que te digo Yo, con amor. Te amo, te amo, te amo.

Acude a Mí. Si no quieres hoy, no por eso olvides, jamás, que Jesús te espera y que morí en la Cruz por ti, por ti. Vida mía. Mi niña Funsira: Te amo, te ama tu Dios. Ven… ven… Te espero, te esperaré siempre; no lo olvides jamás, ¡jamás!

 

Rezo…      20:18 h a 20:30 h.

Yo.- amado Dios: Ritdi se quiere separar de su esposo que es alcohólico. ¿Le quieres decir algo?

+ Amada hija, deja tu amargura, tu dolor, y acude a María Inmaculada. Ella, junto a Mí, a Dios, acudimos a ti.

Amados Fuerza y Primavera, instrumentos de Dios, preparad agua de Lourdes para el esposo de Ritdi, deseo curarlo de su enfermedad. Dáselo a beber, amada Ritdi, y cuando sane, le pides que confiese y comulgue. Dadle a Ritdi la hoja en la que explico mis santos milagros, pero en este caso, primero curaré la enfermedad, y luego, que mi amado hijo acuda a confesar y a comulgar.

Amada Ritdi, sufres, y Yo, Dios, acudo a tu vida. Pero te pido que libremente me ames, y si me amas y cuando me ames, me obedezcas y cumplas en todo y con todo, a mi santa y única Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana; tu ejemplo salvará a tu esposo y a ti misma y a toda tu amada familia. No te separes de tu marido; eres suya, os disteis libremente.

Si deseas ser feliz, y sé que lo deseas, no te separes  de tu esposo, sois el uno para el otro; ayudaos a recuperar el amor.

Yo, Dios, os bendigo, por el hecho de no desuniros, y con mi bendición os doy las gracias espirituales para seguir con vuestra santa unión sacramental. Os amo a los dos, ¡os amo!

Escuchad mi voz, la Santa voz de Dios: ¡¡Os amo!!