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Revelaciones 42

Rezo… (20:43 h) a (24:19 h).

Yo.- Dios mío, mi amor, desearía preguntarte de parte de Edón, sobre la casa (x).

+ Ya la veo arreglada, con su oratorio presidido por mi Sagrario, un Cristo en la Cruz, y a la Virgen María, con Dios Niño en brazos.

Y veo muchos hijos míos, rezándome y dándome su amor.

Y eso que veo, amado Edón, lo verás tú en breve, y te gozarás y estarás contento de haberme servido en vida, ya que cuando atravieses el velo blanco de la muerte, Yo te cubriré con mi manto de amistad.

Te esperan buenos tiempos; es la recompensa a tu amor y al dar a conocer mis Escritos a través de mi hijita Primavera.

Todo aquel hijo mío, hija mía, que dé a conocer estos, mis santos Escritos, recibiréis mi amor en forma física, espiritual y material; lo sello. ¡Soy Dios!

Yo.- Amado, ¡te amo tanto, tanto! Y deseo decirte que me he dado cuenta que después del parto de Flos, me duelen las cervicales, y un tanto la columna vertebral; sobre todo donde me inyectaron la peridural. Ya cuando lo hizo el doctor, me dijo que no puso la aguja muy honda, y tuve que estarme muy quieta para que la colocara mejor. Era cuando Tú y Mamá estabais ante mí, de rodillas, sonriéndome. Os pusisteis de rodillas para que pudiera veros. ¿Podrías decirme algo al respecto, y si es que hay algo que hacer?

+ Ay, hijita mía, Satán te perseguía, pero Yo, Dios, impedí se ejecutara su malvado deseo, aunque te ha quedado algo de secuela. Te pido bebas agua de Lourdes, tocada por ti y rezada por los dos. Te amo, niña mía, niña de Dios. Y no te cuento los peligros que te acechaban. Ahora, ya ha pasado todo. Bebe, y mi milagro sentirás en ti, por mi amor a tu amor.

Yo te cuido y te cuidé.

Si vives, es por mi deseo.

Soy el dueño de la vida.

Nadie muere, si Yo no quiero.

Yo.- Gracias, gracias Dios mío. Pero, ¿qué ocurre con los que se suicidan?

+ Por su libertad, Yo les permito su final. Pero es por su libertad.

Yo.- Hay cosas que no entiendo del todo, Dios y Señor mío. Pero yo te amo, y mi amor me hace callar y aceptar todo lo que viene de Ti.

+ Y así ha de ser.

La mente del hombre es limitada.

Amad a Dios, obedecedme, y Yo os daré mis respuestas en el Cielo.

Allí, la luz de vuestra mente será totalmente abierta.

Sí, hijos míos, sí. Dios os cuida mucho más de lo que creéis.

Yo, Dios, os he dado y os doy mi santa protección, muchísimas veces, y ni os dais cuenta, pero así es.

Cuando vengáis a mi Cielo, lo sabréis y me adoraréis.

¡Os amo con amor comprobado!

Yo.- Amado de los Lluvia; al Dios Uno y Trino, a ti te digo que Fuerza desea le aclares si vale la pena seguir llevando tus Escritos a todos sus amigos de X, o mejor darlos sólo a uno y, quien los desee, que le pida copias, porque le parece que temen difundirlos y los esconden bajo el celemín.

+ Y así acontece. X es muy pequeño, y la maldad de quienes os injuriaron, cubrió toda la zona, y ahora prefieren esconder la cabeza bajo el suelo.

Nadie desea reconocer abiertamente su injusticia.

Yo acepto, Fuerza, tu proposición; dad mis Escritos sólo al amado siervo de Dios, Airomus, a nadie más. Si los desean, que os los pidan. No les digáis nada, ellos tampoco os dicen nada.

Hay muchos hijos míos que tienen sed de Mí. Yo, Dios mismo, os los acercaré.

Da todos mis Escritos, a mi amado hijo Dur; él los quiere, y Yo se los hago llegar.

Hijos míos, a quienes mi amado Fuerza os ha ido dando mis santos Escritos; reaccionad, que el tiempo es breve y la cosecha mucha.

Sed humildes y os haréis santos, y viviréis eternamente conmigo, con el Dios de amor, el Dios de misericordia.

Hay que divulgar la voz de Dios, ¡es vuestro deber para conmigo! Yo, Dios, soy justo, y justamente pagaré a mi trabajador. ¿No sois acaso todos, jornaleros de Dios?

Yo.- También quiere preguntarte, amado Dios, si deseas que avisemos a alguien más del nacimiento de Flos.

+ Sí, Yo, Dios, lo deseo. Escribe, Fuerza, una nota a tus suegros, que diga:

“Os hacemos partícipes de la llegada al mundo de un nuevo hijo de Dios, de nuestra hija Flos. Por ella viene el perdón. Y si deseáis vernos, podéis acudir. Nosotros somos fieles a Dios y a la sangre de nuestros padres, porque está mandado en el cuarto mandamiento de la ley de Dios: honrarás a tu padre y a tu madre.”

No les pongáis nada más, la firmáis, y Yo sello con mi autoridad divina, que mi Providencia es justa y llega justamente en su momento.

¡Quedad tranquilos, hijos míos! Todo está bajo mi todopoderoso y veraz control. ¡Os amo! ¡Os amo!

Yo.- Al amado; desea preguntarte Edón, por sus amigos Antico y Duns, si quieres echarles una mano, porque él está delicado de diabetes y ella está depresiva desde que le quitaron un pecho.

+ ¡Hijos míos!

Duns, bonita mía, tu alma es preciosa. Olvídate de tu cuerpo; Yo lo glorificaré en su día, y será perfecto.

Y tú, amado Antico, no temas; Yo, Dios, controlaré tu desvarío físico, lo someteré a mi voluntad.

Os amo, benditos de Dios, del Dios Uno y Trino, del Dios misericordioso.

Voy a derramar mis milagros en vosotros, ¡porque os amo! Sí, Yo, Dios, os amo, y vosotros me amáis.

Hijos buenos, buenos hijos de Dios, bebed el agua de Lourdes que mis instrumentos os harán llegar, y confesad y comulgad, que deseo que nos fundamos en un amoroso abrazo. ¡Os amo! Os doy mis milagros. ¡Veréis y comprobaréis el cambio! Es palabra de Dios.