Saltar al contenido

Revelaciones 41

Rezo… (17:34 h) a (20:26 h).

Yo.- Oh Amado; la gente te ama, cree en Ti y acude a Ti, Dios nuestro, y yo me gozo en ser tu instrumento, y te amo a Ti y a todos; a todos. Y te pregunto de parte de Fistum. Tú, ya sabes sus preguntas escritas en un papel, ¿verdad?, pues te pido con todo mi amor y su amor que le contestes. ¿Quieres, Dios mío?

+ Quiero, quiero, quiero.

Os amo, hijos míos, a todos.

Acercaos a Mí, que soy un Dios Padre, un Dios amor y un Dios amigo.

Yo os doy mi voz, y en ella, va mi cariño.

Y te contesto, amado, amadísimo hijo Fistum: Deseas trabajar, y eso es bueno, es bueno para el mundo y es bueno para Mí, ya que me glorificas con él, y deseo sigas haciéndolo, y lo harás. (Sonríe con mucha paz). Mis ángeles te prepararán el camino y, por mi santa voluntad, encontrarás muy pronto, ¡ya!, un trabajo que te satisfará, y con el cual me darás gloria.

Reza la siguiente oración, cada hora:

“Deseo glorificarte, Dios mío, con un trabajo provechoso para los demás y de mi agrado. Concédemelo por tu amor y amistad. ¡Te amo! Amén, amén, amén.”

Amados y fieles instrumentos, rezad para mi amado hijo Fistum, la oración que os di:

“Por el poder…”,

Y Yo, Dios, te pido amada hija, Primavera, que copies aquí mismo, la oración que mi amadísimo hijo Fistum, ha hecho para el patriarca san José, y que con tanto amor, la eleva al cielo.

Y te digo, amado de Dios y de María, Fistum, hijo mío, la bendición de Dios cae sobre ti por petición de san José, con agrado de María y con la fuerza de Dios, Uno y Trino. Recibe, con ella, todo el amor de tu Dios. Te amo, Fistum.

“¡Oh padre, san José! Esposo fiel y discreto de María, siempre Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, te pido que quieras darme un buen trabajo, si esta es tu voluntad, y un trabajo bonito como el tuyo. Así sea.”

Yo.- Al más amado, al amor. Sigo preguntándote, Dios mío. Desea saber Edón sobre Juans, que le dijo, o se enteró, que el día 19 se iría para casa. Di.

+ Os digo Yo, Dios: Derramé mi santo milagro en él. No tiene por qué estar hospitalizado; ya todo ha pasado. Hay un nuevo amanecer, y el sol brilla en él.

Confiad en Mí, hijos de Dios.

Si sois mis hijos, y lo sois, Yo, Dios, soy vuestro Padre.

Y al ser Padre, Dios lo puedo todo.

Y como Padre, os lo doy; y como Dios, es todo.

¡Benditos los hijos de Dios!

Yo me apresuro a confirmar ante el mundo, vuestra filiación. Hijos míos, ¡Aquí estoy!

Yo.- Y te pide Edón por la salud de Azul, que tuvo un accidente y le duelen las cervicales. ¿Deseas decir algo?, Dios de los cristianos católicos.

+ Sí. Soy Dios, el fundador del catolicismo.

Y todos los bautizados en él y que cumplan con él, tienen mis milagros, por mi amor a la verdad, a su lealtad.

Dadle a mi hijita, agua de Lourdes, tocada por ti, Primavera, y rezad tú y Fuerza, las dos oraciones que os di.

Y que su hermano Bums, beba también agua de Lourdes, tocada por ti, y rezáis los dos.

Amado hijo, Bums, Yo, Dios, me apresuro a curar tu salud de cuerpo y alma.

Eres tan amado por tu Dios, que la locura de mi amor por ti, amado hijo, me llevó al sacrificio de la Cruz.

¡Coge tu cruz y sígueme!

Soy un Dios bueno, que amo, que me conmuevo por vuestro dolor.

Yo te sano, y con la salud, te mando mis dones espirituales.

¡Ten fe!

Amarás, y mucho.

Y serás amado.

¡Tú lo verás, amado Bums!

(Y sonríe, cariñoso y feliz).

Yo.-Amado Dios, Edón te pregunta por Gibs. ¿Deseas decir algo?

+ (Sonríe ampliamente). Con este hijo, me gozo Yo, Dios.

Sigue, sigue así, amigo Gibs, y nos veremos en la eternidad celestial.

Tu forma de ser, me agrada, y me plazco en llamarte amigo de Dios.

¡Un abrazo, hijo mío! Y no mires tanto la televisión. (Y Jesús sonríe con amor).

Yo.- Y amado mío, ¡mi amor!, te pregunta Edón por Og. ¿Deseas decir algo para él?

+ Ay, ay, este hijo me ama, pero no sabe demostrármelo bien.

Dale mis Escritos, Edón, a este hijo mío, al que tanto y tanto amo. Pero que primero, toque las fotocopias Primavera.

Yo.- Amado, desea saber Edón, si le puedes ayudar con el asunto del almacén.

+ Sí puedo, y lo hago; Yo, Dios, guiaré tus pasos.

Te amo, hijo mío, y como ves, no estoy lejano.

¡Estoy aquí mismo, hijos míos, tan y tan amados!

Yo.- Deseo decirte amado Dios que me hace mucha gracia ver como eres. Ya sé que lo puedes todo, pero es que te veo de una forma tan diferente. Me gusta que seas así, me agrada mucho, y te amo muchísimo.

+ Y Yo, Dios, os amo a todos, a todos, hijos míos.

Y vuestros problemas, son mis problemas.

¿No soy vuestro Padre?

Pues, si soy vuestro Padre, es natural que todo, todo lo vuestro, me preocupe, ya que todo colabora a vuestra santificación; lo físico, espiritual y material.

Soy un Dios real y realista.

Existo de verdad, ¡de verdad!

Yo.- Al Amor; desea saber Edon, si puede y cómo puede, ayudar a su hermano con los problemas de su tienda.

+ Sí puedes, hijo mío; y me place que tu amor por tu hermano, te lleve a preguntarme por él.

Pero, Yo, Dios, te digo: Ahora, no te haría caso. Dentro de tres meses, cuando se note ya algo, nuestra sociedad laboral, (y se ríe con gusto), luego te escuchará, y tú, amado mío, me lo preguntas luego.

Estoy muy contento contigo, apóstol de Dios.

(Y sonríe. ¡Está contento!).

Estoy contento, porque hay bondad y fidelidad en el mundo. Tengo muchos hijos que me amáis.

¡Amadme más!

Me gusta, me place tanto vuestro amor, el amor que tenéis por y para vuestro Dios.

¡Os correspondo con mi infinito amor!

Yo.- Amado Dios, quisiera preguntarte de parte de Edón, si le conviene se haga curar las secuelas de su accidente.

+ Hijo mío, cuánto has tardado en pedirme por ti. Tu amor por los demás, agrada a tu Dios…

Fuerza, Primavera, dadle a beber, a mi fiel y sufrido hijo amadísimo, Edón, agua de Lourdes; la tocas tú, amada Primavera, y rezáis las dos oraciones. Mi milagro acudirá a ti, amado mío, mi fiel y buen Edón. ¡Te doy mi santo milagro! Verás y comprobarás mi amor por ti. Sí, hijo mío, sí.

Yo.- Amado, de parte de Edón, si puedes hacer algo por Ransuda, que tuvo una embolia en el oído. ¿Deseas decir algo?

+ Hijita mía, mi Ransuda, claro que deseo decirte que te amo, y no sólo eso, sino que voy a demostrártelo, dándote mi santo milagro.

¡Te amo, hijita buena!

Bebe el agua de Lourdes, que mis instrumentos te harán llegar, y recupera la paz física.

Confiesa y comulga; y lo mismo digo a todos los que vais a recibir mis milagros.

Repito Yo, Dios, es condición que os pongo para que podáis comprobar físicamente el amor de vuestro Dios.

Amados, amada Ransuda, estoy dispuesto a oír vuestras peticiones y daros mis santos milagros, por mi amor a vuestro amor.

¡Quedad conmigo, hijos de mi corazón!