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Revelaciones 42

Viernes, 27 de Diciembre de 1.996 Rezo…     13:48h. a 14:42h.

Yo.- Amado mío, mi bien, Fuerza leyó en tus escritos con Vassula, que le pides rece tres oraciones, antes de hablar Contigo. Yo, también he pensado añadirlas a mi repertorio, antes de hablar Contigo. ¿Qué te parece? (las oraciones que añado son: La oración de la novena de confianza al Sagrado Corazón; La invocación a San Miguel Arcángel; El Acordaos.)

+ Me place, amada hija, que seas tan sensible a mi Santa voluntad. Yo, Dios, en ti, Primavera, confío. No te extrañes, amada mía; como San José, eres rápida y audaz para llevar a cabo y ejecutar mi santa Voluntad. Y Yo, Dios, mismo, en Unidad, y María y José, Conmigo, con la Santísima Trinidad Celestial, te bendecimos. Alegra tu alma, que es inmortal, y que se alegre mi bien amadísimo hijo, bueno y fiel, mi amado Fuerza, el que te ayuda en tu deber para Conmigo; que tu deber es escribir todo lo que te dicto, y todo lo que puede ayudar al mundo, se debe publicar; y pronto, muy pronto, saldrán a la luz del mundo mis locuciones contigo; y daré de beber al sediento, y aliviaré al enfermo, ya que acudirá, a través de ti, a Mí, a Dios, y Yo, acudiré a él, por tu fiel cargo de secretaria de Dios. Oh, mi linda, mi bonita secretaria, que tanto y tanto ama a su esposo, Fuerza. Sí, Yo sé que me amas como a Dios, no como a un esposo, pero resulta que éste, es el amor que es más perfecto, el amor de criatura a Creador. Mi Esposa es Santa María. Mi Esposa es la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Tú eres hija mía, de Dios, y me agrada que me ames como a tal y que ames como esposo a quien lo es por mi sacramento matrimonial. No me amas menos, por amar a mi amado hijo Fuerza, lo que haces es cumplir con tu deber, y esto es lo que Yo, Dios, quiero de todos vosotros, y si lo quiero, es que es bueno, es santo, por salir de mi Divina voluntad.

Y cuánto me place, pasear por vuestro hogar, y ver vuestro amor conyugal, y ver el amor entre todos: Padres e hijos, hermanos con hermanos. Yo, Dios, soy dichoso viendo vuestro amor humano, viendo los esfuerzos para ayudaros mutuamente y llegar así a ser perfectos.

Sí, ya sé que piensas, amada Primavera, que también os debo ver cuando discutís y os enfadáis; ¡claro que lo veo!, como también veo cuando acudís a pediros perdón y en los gozosos momentos de la feliz reconciliación.

Me agrada, Primavera, en manera suma, el que te “rompas” la cabeza para encauzar bien la educación de Nuestros niños. Yo, Dios, te ayudo; ¡no desfallezcas!, que os deseo a todos, a todos, en este camino de santidad que lleváis.

Te aclaro hoy, ahora, que sí, que mi santa Voluntad y mi Providencia, está en los proyectos que hacéis; no seáis impacientes, Yo, Dios, soy el primer interesado en que salgan a la luz del mundo pagano, y saldrán.

Te aclaro que sí, que el Santo Padre, Juan Pablo II, lee mis Escritos contigo. Aunque mis bien amados hijos de De Belén, no os digan nada, cumplen Conmigo; ellos, cumplen siempre con Dios. Seguid dándoles mis Escritos; a ti te lo digo amado Fuerza, apóstol fiel: Dáselos, éste es mi santo deseo, como deseo que los tengan los santos de tu ciudad; dáselos a mi amigo, a mi hijo Julimpius, y él se ocupará de darlos a la humanidad. No hace falta le digas nada, ya hablaré, Yo, Dios, en su corazón, y su Ángel le guiará.

Hijos míos, repito, últimamente Satán os ha cercado muy astutamente, tal y como Yo, Dios, os he ido manteniendo informados, pero habéis salido de tan terrible trance, siguiendo con mi voluntad; habéis sido fuertes, devolviendo bien por mal. Así es como luchan los verdaderos hijos de Dios: Rezando, callando, y siendo buenos con el prójimo, por mi amor, el amor con que amáis a Dios. ¡Un fuerte abrazo!,  benditos míos.

Deseas, amada Primavera, te hable del agua bendita, y así cumplo con tu deseo, ya que vosotros cumplís con Dios.

Es el agua bendita, como la pureza física, es decir, es la fuerza divina para resistir a los enemigos de Dios, míos y vuestros, al Demonio, al mundo, y a la carne. Nadie imperfecto, puede desgarrar la pureza con que el agua bendita os protege y escuda; úsala de noche y de día, ella es la aliada de vuestro Ángel de la guarda.

Pero estad seguros de que sea agua bendecida, ya que hay muchos malos sacerdotes, sin escrúpulos, que os dan agua simple sin yana, es decir, que no la han bendecido según el ritual católico que Yo, Dios, pido.

Mas el agua bendita, que ciertamente es sacramental, su poder hace desaparecer al mal; es como si mi Sangre, la sangre del mismo Cristo, os hubiera tocado, y si es mi Sangre, es algo Divino, por lo cual, el demonio y todo enemigo mío, no soporta tal presencia y se aleja, y se esconde, y tiembla.

Usad, hijos míos, el agua bendita, ésta es un complemento de los Santos Sacramentos. No seáis necios, y usad de las herramientas de la santidad; ¿no deseáis ganar?, pues gana el que lucha y usa las armas adecuadas; si no las usas, no me llores luego en un rincón, escondido y desesperado.

Tú eres un santo, y los santos son luz, y la luz no se esconde, puede que, por el viento o por falta de combustible, se apague, mas los sacramentos os dan nuevo combustible y su gracia apaga el viento, y vuelve a brillar, a la luz de los que camináis el único camino feliz, ¡el camino de la santidad!