Martes, 7 de Enero de 1997 Rezo… 19:55h. a 20:21h.
Yo.- Bendito seas, Señor y Dios, amado por todos nosotros ¿Hay algo que deseas comentarnos?
+ Si no os llama mi hija Dol, no acudáis a ella, (le dejó Fuerza, recado en su contestador pidiéndole que nos dijera cuándo podríamos acudir, a imponer las manos al bebé que estoy esperando, ya que Dios nos lo pidió), ella tiene el deber de no negarse a imponer sus manos. No temáis por Ilusión, aunque no le imponga mi hija Dol las manos, Yo, Dios, lo acepto, acepto su consagración a Mí, a Dios en Santa Unidad.
Yo.- ¿No sé qué pensar, pues, de Dol?
+ No hace falta que pienses nada, ya que ella obedece a su director espiritual, que no soy Yo, Dios, mas Yo la juzgaré a ella y a él.
Yo.- No deseo, Dios mío, que por mi culpa te enfades con ellos.
+ (Sonríe) Yo, Dios, no me dejo influir por ti, amada Primavera, y cuando juzgo, juzgo por la persona en sí.
No temas, todos sois imperfectos, mas quien tiene mis santas locuciones, a éste le juzgo por su obediencia directa Conmigo, no por obedecer a su director espiritual, sino por obedecerme a Mí, a Dios. Eso te lo digo para que tú y Fuerza, y cada uno de tus hijos, me obedezcáis a pesar de no entender o no querer, ya que Yo, Dios, estoy esperando derramar mis maravillas a través de vosotros todos, pero mis maravillas, muchas veces parecen locuras a la vista de los ojos de los hombres.
Sé buena, Primavera, y obedece en todo a Mí, a Dios, a tu Director espiritual. Y repito, soy también el Director espiritual de mi amado y fiel Fuerza, y de cada uno de tus hijos.
Muchos directores espirituales abusan de su dirección y se vuelven caciques del alma que tiene mis santas locuciones.
Mi mensaje contigo, fiel instrumento, da cierto miedo, ya que es un mensaje audaz, un mensaje de libertad individual; un mensaje para los héroes. Y ser héroes, hoy día, parece de película. Ni los mismos sacerdotes se creen que es posible darme todos los hijos que Yo, Dios, os dé.
Amados míos, seguid vosotros solos Conmigo, y demostraréis al mundo que, sin tener un director espiritual humano, que siguiendo la dirección espiritual de Dios, os vais haciendo santos; lo imposible es posible. Podéis vivir la santidad, viviendo los diez mandamientos, sin tener a otro semejante que os lo vaya recordando, sólo a Mí, a Dios. Eso es bueno y es lo que deseo que el mundo sepa; que no hace falta pertenecer ni fundar ningún grupo para santificaros y santificar al mundo. Deseo que vean que, también, la santidad está en la independencia y en la libertad individual. Y a través vuestro, es lo que ven, y esto les confunde y a algunos, les repele que sin él, sin su dirección espiritual, vosotros sois héroes, sois audaces en santificaros. Yo, Dios, lo sé, lo veo y me causa gozo, desmontar estructuras humanas. Yo, Dios, no digo que sea malo tener un director espiritual, pero se ha abusado de ello, y sobre todo, en el tema sagrado de darme hijos; y con vosotros, amados Fuerza y Primavera, he venido a restituir el equilibrio. Sedme fieles, que a través vuestro, deseo revolucionar a todo aquel que cree que se puede programar la vida y la muerte.
Yo, Dios, ¡os necesito! Sois luz para el mundo, ese mundo que dice amarme y que controla mi Voluntad en cuanto a los hijos a crear.
Hay muchos católicos que me sirven, y a la vez, sirven al dinero, y Yo, ya os dije que no podéis tener dos señores a la vez, o el dinero o Yo, Dios.
*Haced caso a Dios, y obedecedlo en todo, yo María lo hice, y ahora soy eternamente dichosa. Os amo, hijos míos: Tomad mi rosa roja.