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Revelaciones 41

Lunes, 23 de Diciembre de 1.996 Rezo…      45h. a 21:10h.

Yo.- Amado Dios y Señor Jesús, te pido por la madre de Fop, la Sra. Pedy, que no se encuentra bien después de la operación de cadera, que fue un éxito. Ha perdido la memoria ¿Deseas curarla, amado mío y Jesús mío?

+ Este es mi deseo, es el deseo de Dios, y la Santa voluntad Divina.

Amado y fiel hijo, Fop, este sufrir tuyo, no es mi deseo. Tu madre no sufre, mas tú sí, amado mío, y Yo, Dios, el Dios tuyo, el Dios Uno y Trino, soy misericordioso, y se enciende la antorcha de mi amor sobrenatural, al contacto de tus santas oraciones, y de las plegarias de todos los que tanto te aman. Tu Ángel acude a Mí, a Dios, de mañana, y no abandona sus palabras de súplica, ni de entrada al anochecer; de continuo me acecha con tus súplicas, y; ¿qué puedo hacer Yo, Dios, si junto a él está el casto San José y la bendita María, tu Madre y la mía? ¿Qué harías tú, amado mío, en mi lugar? Pues Yo, Dios, siendo Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y Dios en Unidad, vengo presuroso a derramar mi milagro de bondad, por amor a la lealtad.

Fop, amadísimo Fop, acoge con sumo respeto el agua que Fuerza y Primavera prepararán para devolver la salud a tu madre, a mi niña, a mi airosa Pedy. Es agua de Lourdes. Necesitas ver para creer, y verás y creerás. Yo, Dios, sigo en conexión con el mundo humano, a través de los hijos que elijo, según mi voluntad, y mi voluntad no se rinde a los criterios humanos, sino a la mente Divina, a Mí mismo, ¡a Dios!

Cuando tu madre sane, que acuda a confesar y a comulgar. Y aprende, amado Fop, a respetar mi santa Voluntad, la voluntad de mis deseos, que bajo vuestros ojos son ilógicos, mas bajo los míos, los de Dios, son perfectos.

Amado mío, cree, cree que Yo soy Jesucristo mismo, el que clavaron en la Cruz, el que estuve y creé el mundo, el que nací de la Virgen María, el que viví y morí por ti; sí, Fop ¡Por ti!

Cuando te arrodilles ante mi verdad, tu madre sanará, por mi Voluntad, la voluntad Divina, de Dios en Unidad.

Amado Fop, da de beber el agua de Lourdes, que te darán Fuerza y Primavera, a tu madre, y ésta sanará. Es esta mi sentencia, la voz de Dios que no suena en el desierto, sino que suena en las entrañas de un corazón sincero, que se duele por la suerte de quien le dio el ser; esa mujer, que es madre, amiga y compañera inseparable, y se llama, hija de Dios, mi flor perfumada, Pedy. ¡Bendita seas, hija mía!