Martes, 17 de diciembre de 1.996 Rezo… Por la mañana
+ Hijos míos, vengo a aclararos vuestra confusión:
¿Quién es bueno y quién es malo?
Hay tantos y tantas que son mundanos, que ya no sabéis quién es malo o quien es bueno.
Hay muchos, que creéis que no veis, que no roban y matan, y que tampoco os dañan, y son simpáticos con vosotros, afables y cariñosos, y aunque no practiquen el cristianismo, y sean carne de consumismo, a vosotros os tratan bien, y decís, son buenos.
La bondad no es que os dejen tranquilos, viviendo vuestra vida y viviendo ellos la suya; eso no es bondad, hijos míos; es justicia natural de todo ser vivo.
La bondad, no podéis, no debéis mirarla, por los hechos de los hombres con los hombres, la bondad es lo que os llevará al Cielo, ya que el malo perecerá en las llamas del Infierno eterno. Pues, ¿qué es lo que hace al hombre bueno? Sencilla es la respuesta, y ésta es: ¡Vuestra fe!, vuestra fe en Mí, en Dios, y las obras de ella; sabiendo que siendo humanos, pecaréis y caeréis muchas veces, mas siendo fieles cristianos, ¡os levantaréis!
Así, que os quede claro, sólo es bueno, quien ande el camino hacia el Cielo Eterno; todo aquel que ande sin fe, viviendo en el error, éste no es bueno; es necio, es malo, por rehusar la Suprema Bondad, ¡Yo, Dios! Por lo cual, no lo denomines bueno, ya que no lo es; sólo es bueno, quien cumple e imita al Bien; y Yo, Dios, soy el Único, el Verdadero Bien.