Saltar al contenido

Revelaciones 41

Lunes, 3 de Junio de 1.996   Rezo…      21:39 h a 22:14 h.

Yo.- Amor mío, Dios bueno y misericordioso. Te pregunta Golis:

Yo.-Pregunta de Golis: “¿Qué quieres de mí y mi hija? Estoy intentando ir al Espíritu Santo, busco un rincón en el mundo, para sacar a mi hija, Salisa, de quince meses, del “mundo”; ir a una comunidad de laicos comprometidos…”

+ Hijita mía, mi buena y fiel Golis. Te sorprende que te llame fiel. Pero eso eres. Eres fiel a Mí, a tu Jesús, a pesar de tu imperfección. Y esta es la fidelidad que Yo quiero en vosotros todos.

Oh, amada mía, déjame abrazarte. Soy fuerte, y mis brazos te protegen. No tengas miedo del mundo. El mundo no es malo, ya que el mundo lo formáis entre todos.

Tú no eres mala Golis. Tú eres buena, muy buena; repito Yo, Dios: Tú eres buena, Golis. ¡Si lo sabré yo!, que soy Dios, y todo lo veo, y todo lo sé.

Quiero que viváis en el mundo. Mi deseo es que formes un hogar cristiano, santo.

Yo, Dios, te atraeré a tu camino, a un justo varón que te amará y te hará muy feliz, y será un buen padre para mi niña Salisa, a la que Yo, Dios, amo tanto.

Espera un poquito, que hay un hombre cristiano, al que amo y me ama, y que te amará. Espera, con la esperanza puesta en la Santísima Trinidad, Dios, y María Santísima. Serás feliz. Yo, Dios, te daré la felicidad por tu fidelidad. No dudes. Soy Dios todopoderoso, y todo lo puedo.

No llores, Golis, no llores. Ya has llorado suficiente. Entrégame tu linda sonrisa, eso es lo que quiero de ti, Golis, y de tu hija: vuestra sonrisa, que me daréis por amor.

Fuerza, Primavera, instrumentos de Dios. Deseo preparéis agua de Lourdes para dar a Golis. Deseo curarla. Yo, Dios, sé de lo que sufres y te restableceré. Por mi amor, por mi Santa misericordia y por acudir al Espíritu Santo y por insistir a María Inmaculada. Bebe, hija mía, el agua de Lourdes, que los Lluvia rezarán ante ti. Bebe y sé feliz. Y rezad también, hijos míos, la segunda oración que os di, para que se vea el milagro de la realidad, en Golis, de encontrar al verdadero amor de su vida.

Amada Golis, mi sencilla Golis, tu Madre, la Virgen María, desea decirte algo muy bonito, escúchala:

* Pecosa Golis, soy yo, tu Madrecita. Ven, ven. Coge mis manos y respira tranquila: te he escuchado, Dios te ha oído. Hay un nuevo día en tu vida. No tengas miedo. ¿No ves que yo, tu Madre, no te dejo jamás? Anda, bonita nena, debes estar contenta. Yo, María Inmaculada, deseo estés alegre y confiada. Bésame en la estampa que está mi rostro, y que Primavera y Fuerza te darán. Bésame, y yo te besaré en el corazón, y estarás feliz de saber que Dios te ama y está pendiente de ti. Vive en gracia y todo será como un atardecer en la campiña, todo será paz. Le pido a Dios, te dé su paz, y, con ella, recibas mi amor, el amor de tu Mamá, María Virgen.