Saltar al contenido

Revelaciones 40

… rezo… (17:18) a (17:36)

 

+ Primavera, mi niña pequeñita, me necesitas, me deseas y acudes a Mí, tu amor, tu Dios y Señor. Yo te amparo, Yo te cuido y te susurro mi amor, ese gran amor que siente Dios por todos sus siervos. No temas, Yo, Dios, haré maravillas en ti y en todos los componentes de esta gran familia.

Sosiega tu espíritu, no deseas que los demás se enteren de tu dicha, de la dicha de servirme; pero ése es el deseo de la Divina Trinidad; obedece, Yo te ayudaré a llevar esta gran carga, confía en tu Dios; soy todopoderoso, no pienses en sentido humano, no tengas miedo de perjudicarme con tu persona. (- Sonríe) Viendo tu vida, a los ojos de los hombres, descubrirán parte de la suya, y verán que son amados como tú, Primavera, eres amada. Dios no se puede equivocar, y Yo no me he equivocado al elegirte, al elegiros. Os amo. Te envío mi paz, reza el santo rosario y Mamá te cubrirá con su manto, y al calor de su Corazón, se desvanecerá tu temor.

Llama a Lix. 

Yo.- ¿Estás seguro? 

+ Claro que lo estoy. Yo, Jesús, te lo pido y sé por qué te lo pido. Reza, antes, la oración que os di, y si no estás segura de ti misma, coméntaselo al patriarca Fuerza, él hablará por Mí. Hoy estás demasiado asustada para discernir, pero antes, reza el rosario de Mamá. ¡Te amo, pequeña flor! 

Yo.- (Me hace gracia que me llame flor) 

+ Eres mi flor, porque das mi perfume.