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Revelaciones 38

… rezo… (23:15) a (23:34)

 

Yo.- Cómo me pruebas, amor y Dios mío. Si sólo te limitaras a decirme cosas de fe y moral, sería muy fácil saber que eres Tú el que me habla, pero hablándome de proyectos futuros de mi amado esposo, de mis amados hijos, lo haces confundir todo.

+ (- Se ríe) No lo creas, bonita mía, cuando ese futuro sea presente, se verá que Yo, Dios, lo había pronosticado, ya que ocurrirá como te lo he dicho y tú dócilmente has escrito. ¿Qué crees que es más fácil para tu Dios, dar éxito profesional a tu marido y a tus hijos, o salvar un alma? 

Yo.- Pues… bueno, Fuerza es un buen profesional y con un poco de suerte creo que tendría éxito. 

+ Y ¿por qué no ha tenido “suerte” aún? Sí, es porque Yo no lo he previsto. 

Yo.- Sí, tienes razón, amor mío. (Noto que le gusta mucho dialogar así conmigo, como amigos) 

+ Primavera, Primavera, puedo daros el éxito profesional y puedo hacer que salvéis almas; ¡lo puedo todo! ¡Todo! Y lo haré, y cuando lo veas, te reirás de saber cómo te amo.

Os amo tanto… tanto ¿Por qué os es tan difícil de creer, a los hombres, que Dios os ama? Vuestros pecados os nublan la razón. Los niños son más crédulos que vosotros. Por eso, hasta que no os hagáis como niños, os será tan difícil entrar en el Reino de los Cielos, y viviréis desesperados en vuestra angustiosa soledad, esperando erróneamente, haceros primero perfectos, para conseguir así mi amor.

¡Va al revés! Primero, dejad amaros por Mí, por Dios, y luego, mi gracia os dará la perfección. ¡No podéis conseguir nada sin Dios! ¡Nada! Sed humildes, y todo os será tan fácil, que os sorprenderá. Soy Amor, y la clave de todo es el amor, así de sencillo amados hijos míos. Tan sencillo, que sólo los humildes de corazón, lo pueden descubrir. Dejad vuestro orgullo, él os estropea el camino del Cielo. Amadme, que Yo os amo primero.