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Revelaciones 37

Martes, 28 de mayo de 1.996   Rezo…      20:18 h a 20:34 h.

Yo.- Amado mío, me ha pedido Sulsina que empiece a rogarte por ella. Que te diga: “Dígale al Señor que deseo ser suya del todo”. (Esas fueron sus palabras).

+ Las oí y las recogí al vuelo, en el mismo instante que salieron de su corazón.

Sulsina, ¡preciosa! Ay, hijita mía. Por fin puedo decirte y que tú sepas lo que digo, el que te amo, el que morí por ti, por ti. Y si hubiera sido preciso, habría muerto sólo por ti, amada Sulsina.

Di, ¿dime bonita, qué deseas de tu Señor?; Yo estoy esperando, y hoy ha llegado el momento de que veas lo mucho que te quiero.

No pierdas la paz. Si pierdes la paz, desconectas tu espíritu de tu cuerpo carnal. Y sin tu espíritu, vas perdida.

No pierdas la paz, amada Sulsina, y si tienes paz, tu espíritu se conectará con el Mío, y discernirás la verdad.

¡No pierdas la paz, pequeña mía!, y dime, dile a tu Señor, y te serviré con mi Providencia Divina.

No te olvides de María, de tu Madre y la mía; reza la oración del dorso de la estampa que te darán mis amados instrumentos Fuerza y Primavera, y no pierdas la paz, hay tiempo. (Y veo a Jesús sonreír con dulzura, cariño y con un poco de alegría interior, que es la que hace sentirse a uno en paz).

Bésame en la estampa que está mi rostro, y te daré mi Paz, y ven a verme en el Sagrario, y notarás mi Paz; y confiesa tus faltas y pecados, y te llenaré de paz, y ven a comulgar, y te amaré y te abrazaré, y te saciaré de paz.

Amada y buena Sulsina, no pierdas la paz, puedo dártela, te he dicho cómo te la doy; ¡ven a buscarla!, mi paz es tuya; te la doy con mi santa bendición. (Y veo a Jesús bendecir con su mano derecha).

Mi Paz está en el mundo. Acudid a buscarla; Yo, Dios, os la doy. ¡Es vuestra! Si la quieres, la puedes conseguir. ¡Te la doy! Toma mi Paz, y con ella mi Amor, el Amor de Dios en Unidad.