Saltar al contenido

Revelaciones 36

Rezo… (20:52 h) a (21:11 h).

Yo.- Al Dios amor. Te pregunto por unos amigos de Soles-des: Mastic y Julib, que no pueden tener hijos. ¿Tendrán hijos? ¿Qué tienen que hacer? Han intentado la fecundación in vitro.

+ Amados hijos, Mastic y Julib; Yo, Dios, os amo, os amo de verdad y en verdad.

No soñéis, no os desesperéis.

Confiad en Mí, en que soy Dios, en que os amo.

Yo, Dios, deseo daros descendencia, pero no es bueno, ni para vosotros, ni para Mí, que si os doy el milagro de interrumpir vuestra esterilidad, vosotros, amados míos, después de un hijo o dos, me manipuléis por medios ilícitos vuestra fecundidad.

No es bueno que sólo deseéis un hijo o dos.

El amor matrimonial es para dar fruto incondicional.

Yo, Dios, soy justo, y os digo, amados Julib y Mastic:

¿Qué deseáis de Mí, de Dios?

¿Sólo un hijo, o el propósito de todos los que Yo desee daros?

Amados míos, no deseo el desorden.

No voy a permitir que por un hijo, me deis el sí a mi amor, y luego, después de este hijo, me pongáis serios impedimentos ilícitos para conservar vuestro egoísmo.

Meditad, profundizad.

Si deseáis mi santo milagro, Yo, Dios, os lo daré, pero no me pongáis condición al número de hijos a tener.

Y si estáis de acuerdo conmigo, y os ponéis totalmente en mis manos, antes id a confesar y a comulgar, y cumplid con mis diez mandamientos y los cinco de mi Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Y cuando lo hagáis, Yo, Dios, os bendeciré con mi milagro. Luego, me lo pedís, y Yo, sin dudar, os lo daré.

Os amo, pero no deseo comprar vuestro amor, a cambio de un hijo.

Yo, Dios, os amo, y es justo que vosotros me améis.

Hijos míos, ¡venid a Mí!

Os espero, Yo, Dios.

Yo.- Dios amado, Soles-des te pide por sus hermanas, Asunda, Ridu y Ransuda. ¿Qué puede hacer para que se acerquen más a Ti?

+ No te pido que reces, ya que lo haces, con amor y desconsuelo.

Hijo mío, Yo, Dios, puedo dar la fe, pero no la humildad.

Y es por su falta de humildad, que están lejos de Mí.

Me gustaría poder darte un remedio milagroso, pero si pudiera, ya el mundo sería mío, de Dios.

Mas, no dudes, hijo mío, que Yo las busco, las persigo y me hago el encontradizo con ellas.

Muchas veces te utilizo a ti, amado y fiel Soles-des.

Por tu petición sincera, tienes mi Palabra, la Palabra de tu Dios, que no cejaré hasta rendirlas a Mí, aunque sea en el último instante de su vida.

Ve tranquilo, que mi Palabra, la Palabra de Dios, es sagrada.

¡Te amo, Soles-des!