Saltar al contenido

Revelaciones 34

Viernes, 30 de Agosto de 1.996   Rezo…      14:46 h. a 15:01 h.

Yo.- Amado Dios y Señor Jesús, te pido por un matrimonio amigo, el señor Honsta y su esposa Wenst, que no han tenido hijos; consuélalos. Y porque él está enfermo; ha tenido una trombosis en un ojo, y tiene mal los riñones. Y ella tiene molestias de estómago. ¿Deseas curarlos, Dios amado?

+ Yo, Dios, el Dios que fundé mi única y fiel Iglesia, la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Yo, Dios, que tengo a la Madre más santa, a María Inmaculada. Yo, Dios, ¡os amo, Honsta, Wenst! ¡Sí, os amo, Yo, Dios! Y por mi santo amor a vosotros, amados hijos míos, derramo mi santo milagro en los dos; ¡sanad y vivid en santa paz!

Bebed el agua de Lourdes que mis santos instrumentos, Fuerza y Primavera, os darán. Id a confesar y a comulgar, y no olvidéis jamás, que sois mis hijos predilectos. En vosotros vive el dolor de los hijos que no quise daros. Y no quise, para que con vuestro dolor pudierais santificaros. ¡Vuestro destino, amados míos, es el Cielo Eterno! Y en él no os faltará jamás el amor de los hijos, ya que mi amor, es más dulce y más firme que todo el amor que unos hijos podrían haberos dado.

Mi amado San José, jamás fue padre carnal, y Yo, Dios, le amo y le amé, como ningún niño le habría amado jamás.

Recordadme como al Jesús Niño, y sed vosotros, Honsta y Wenst, mis padres adoptivos. Amadme en la dulce figura del Jesusito, y cada vez que me beséis, sentiréis en vuestro corazón, el amor del Niño Dios; ¡lo sello, Yo, Dios! Os bendigo, y tengo aquí, en el Cielo, un lugar reservado para vosotros, a los que tanto quiero, a los que tanto, la Virgen María, ama.

Hijos míos, sed felices; sois buenos.