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Revelaciones 34

Martes, 28 de mayo de 1.996   Rezo…      9:04 h a 10:04 h.

Yo.- Amor mío ¡Dime!

+ ¿Qué os hace felices, hijos míos?, el amor, la perfección.

Y, ¿dónde y cómo halláis el amor y la perfección?; os lo digo Yo, Dios: Cumpliendo todos y cada uno de los diez Mandamientos de la Ley de Dios.

Meditadlo y veréis que es cierto, que cumplir con ellos os da  la felicidad, os perfecciona, y al perfeccionaros, os sentís bien con vosotros mismos, ya que os creé Yo, Dios, perfectos.

Esta es vuestra naturaleza: ¡Ser Santos!; y al serlo, sois felices por “funcionar” correctamente.

Cuando uno actúa por lo que es su natural, es feliz, ya que hace lo que tiene destinado hacer.

Vuestro destino, hijos míos, es ser semejantes a Mí, a Dios, y Yo soy Santo, perfecto.

Cuando vosotros, amados míos, cumplís con vuestro verdadero destino, sois felices, estáis contentos, ya que sois lo que sois, perfectos hijos de Dios.

Cuando buscáis la felicidad fuera de la perfección, que es cumpliendo con cada uno de mis diez mandamientos, os engañáis, y no la halláis.

Muchos creéis que la felicidad está en el dinero. Y, ¿por qué lo creéis?: por poder poseer las cosas que con el dinero se pueden conseguir.

Mas os digo Yo, Dios, que en la posesión está la infelicidad, por ser todo lo creado por Mí, por Dios, libre; más al adquirirlo por posesión, al pagarlo con dinero, no viene a vosotros libremente, y por tanto, si no es libre, no es perfecto. Y si no es perfecto, no os da la felicidad. Ya que lo perfecto es verdadero, más al no ser perfecto, no es verdadero, y al no ser verdadero es falso. Y nada que no sea verdadero puede dar la auténtica y perdurable felicidad.

Por eso, lo que adquirís por dinero, no os sacia.

Y necesitáis más dinero para poseer más cosas, ya que la “felicidad” que conseguís con la posesión, es vana felicidad, que no perdura.

La felicidad, si no es perdurable, no es felicidad, por el mismo hecho de no ser perdurable, y saber que realmente no dura y que se os acabará.

¿Es o no es verdad?

No os engañéis, ya que en el engaño no está la felicidad, por ser la felicidad sólo la verdad.

Todo lo que no es verdad os hace infelices.

Solo la verdad os da la auténtica felicidad.

Hay quien cree que el uso del desorden sexual le da la felicidad, y no es así.

¿Qué es el sexo sin el sentimiento del amor?; solo es pasión, como las bestias, instintos de procreación aunque manipuláis la vida; pero es eso, instinto de procreación; y en él está el deseo de inmortalidad, de dejar descendencia, así es vuestra naturaleza.

Cuando usáis del sexo, muchos, en verdad buscáis el amor, pero os pierde la parte física del amor; y por ser el amor, ante todo: sentimiento espiritual, no lo sentís, y os quedáis más vacíos y solos que antes del acto sexual, ejecutado por instinto pasional.

Y ese vacío os “enloquece” y os desespera. Y este desespero os lleva a la búsqueda irracional del amor; y os sumergís en el hábito del sexo, que en definitiva es la búsqueda desesperada del amor; agotáis, en el intento del amor, vuestro cuerpo.

¿Es que no sabéis que no sois sólo materia?; además de un cuerpo, tenéis un espíritu.

Os digo: ¿Cuando recibís un daño físico, que os duele más, el daño físico o el haberlo recibido? O diré, que os duele el orgullo de no haber sido capaces de controlar el daño físico. Os decís: “¡Qué tonto he sido!” “¿cómo ha podido ocurrir?”; buscáis explicación a vuestra mente, ya que es la fuerza de la mente, el pensamiento, el que os hace actuar.

Y, ¿qué es el pensamiento sino una fuerza espiritual?; y si es una fuerza espiritual, ¿qué es lo que manda y gobierna vuestro cuerpo, lo físico o lo espiritual?

Ocurre, hijos míos, que por el mandato del pensamiento espiritual, recibís muchas veces el acto físico que os llena el espíritu, como es el sexo.

El sexo y el placer que Yo, Dios, os concedo en él, es algo agradable al mismo cuerpo y al espíritu, cuando es la unión del amor espiritual entre dos personas, que por ser personas, piensan y actúan.

Mas si no hay amor, y todos sabéis que el amor es algo salido del corazón, y ese algo es el sentimiento, ya que no tiene cuerpo físico, sino que es potencia espiritual, pues, sin amor, no hay verdadera felicidad, ya que el goce físico solo, no da la felicidad, por ser la felicidad la verdad. Y la verdad es que no sois bestias (Lo reafirma con su Voz), sois hijos de Dios, ¡salisteis de mis Santas Manos! Os infundí mi aliento espiritual. Y por él, tuvisteis la vida.

Los hombres, si no tuvierais espíritu de Dios, no existiríais, ya que no serías hombres. Si sois hombres, sois espirituales, y si os empeñáis en vivir como bestias, no lo conseguiréis jamás, ya que siempre, siempre, vuestra conciencia espiritual, os acusará de falsedad, es decir, de ir contra vosotros mismos.

Una bestia puede usar del sexo, por instinto, mas vosotros, aunque creéis que lo hacéis, os engañáis  a vosotros mismos, ya que buscáis con ello la felicidad. Y como os he dicho Yo, Dios, la felicidad es espiritual, y no la halláis.

Sois más infelices que las bestias. Ya que ellas actúan y no piensan. Y aunque vosotros actuéis como ellas, siempre, siempre, pensáis.

Y es el pensamiento, que no podéis anular, ni extirpar, por ser espiritual, lo que os hace infelices, ya que es el pensamiento lo que os hace así mismo libres; por eso, los hombres, mis hijos, los hijos del Dios vivo, del Dios creador, sois libres.

¡Sois libres!, ya que pensáis. Y al pensar, podéis decidir lo que deseáis hacer; jamás seréis felices si no pensáis bien! es decir, si no pensáis la verdad, y la verdad es la perfección, y la perfección es la santidad.

 Sed santos y seréis felices de verdad.