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Revelaciones 32

Viernes, 20 de octubre de 1995… rezo… (13:28) a (13:31)

 

Yo.- Amor mío y Dios mío, deseo preguntarte algo: ¿Por qué algunas personas van como “locas” tras el sexo? No creo que haya para tanto, y además, lo desean sin amor. Realmente no es lógico. 

+ Primavera, mi niña, (Yo.- sonríe) cuando el hombre se aparta de Mí, Dios, deja de ser lógico y se vuelve animal. Yo Dios doy la cordura, doy la verdad y la felicidad. Esas personas, realmente no saben lo que hacen.

Y te hablaré de mi gracia, que sé que deseas preguntarme sobre ella, ya que no comprendes cómo funciona. Mi gracia es un don que Yo doy y reparto a mis hijos, a todos mis hijos, pero que la doy sólo a quién está preparado para recibirla, ya que hay muchas gracias que se pierden. Si el hombre se empeña en vivir sin Mí, mis gracias vuelven a Mí. Por ejemplo, Primavera, hija bonita, esos días que tú y mi amado hijo Fuerza, estabais furiosos uno contra el otro, vuestra furia impedía que recibierais mi gracia. Aunque Yo os la daba, vosotros, por vuestra ira, la rechazabais. Cuando, por miedo a romper el matrimonio, visteis que ibais demasiado lejos, ese mismo miedo apaciguó vuestra ira, y os volvió humildes y mansos de corazón. Fuisteis luego, capaces de captar mis gracias, ya que la soberbia se fue, y visteis vuestras limitaciones. Por eso, cuando tengáis que hablar con esos hijos míos, que os acercaré para que los ayudéis, antes de poder darles algún consejo, tenéis que escucharlos y llevar sus mentes al límite del “miedo”, del miedo a que si siguen sin querer perdonar las faltas del otro, su soledad les invadirá el alma. Hasta que no vean su impotencia y nazca su humildad, no recibirán mi gracia, y sin ella, no se reconciliarán. ¿Has entendido Primavera? Yo Dios sólo puedo habitar en los mansos y humildes de corazón, y sin mi gracia, no hay auténtico amor. 

Yo.- ¡Qué lío, Dios mío! Tendré que leer esto muchas veces. 

+ (- Sonríe) Lo comprenderás, Primavera, mi Espíritu está en ti. ¡Cuánto te amo, niña mía!