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Revelaciones 3

Jueves, 23 de Enero de 1.997        Rezo…    12:07h. a 12:46h.

Yo.- Dios, Señor Jesucristo, nos comentó Bondad, que en la Cruz Roja, donde está haciendo el Servicio Militar Sustitutivo; como objetor de conciencia, hay un joven que practica el espiritismo, incluso lo hace allí con otros compañeros que se lo toman a broma. Él dice que desea conectar con espíritus buenos, pero que siempre le salen espíritus malos; dice que en abril del año pasado, comenzó, y que durante varios meses tuvo mucho miedo, pero que ahora ya está acostumbrado. Yo, Dios mío, te pregunto, ¿podemos hacer algo?

+ Es muy importante que Bondad vaya allí con agua bendita, y tire de ella por las habitaciones.

Verá lo que sucederá, ya que, por este joven, allí habita el mal.

Que rece la oración del Arcángel Miguel, la que antes el sacerdote rezaba; antes de abandonar el Altar.

Y también le pido a Bondad, le dé a beber agua de Lourdes, a este joven hijo mío, que va perdido por su sed. Yo, Dios, calmaré su sed de Mí con el agua de Lourdes.

Oh, hijos míos, cuántos hijos desean recibirme, mas no saben que estoy en Cuerpo y Alma en la Comunión.

Mis malos sacerdotes me callan, no me hacen, no me dan a Conocer; y hay tantos que tienen sed.

Este joven me busca, pero no sabe dónde hallarme.

Cuánto sufro Yo, Cristo Crucificado, y mi Madre, por los hijos que van perdidos y buscan desesperadamente mi camino, mas yerran por falta de información, por comodidad o por no saber dónde buscar.

Cuánto mal hacen los católicos, que se denominan no practicantes.

Hay que rezar por el mundo, hay que darles ejemplos de santidad.

Sólo los hechos los moverá; ya que hay miles de charlatanes, que les ofrecen falsas doctrinas.

No es la era de hablar, es la era de obrar.

Vuestras obras, y sólo vuestras obras, de fieles seguidores de la Iglesia del Papa, la única Iglesia de Dios, ¡mía! Les puede hacer descubrir la verdad, y ellos, por sí solos, vendrán.

¡Os observan! ¡A vosotros os lo digo, hijos míos! Os tienen controlados, y si os ven falsos, infieles al Catecismo, no conseguiréis que deseen venir al verdadero camino, el único camino donde pueden encontrarme, donde pueden localizarme.

¡Os necesito! A vosotros que decís amarme, ¡demostradlo con los hechos!

Sólo la historia es la que hace la vida, y los hechos son historia. Que todos vuestros hechos sean santos, ¡perfectos! Por hacerlos por caridad, es decir, por amor a Mí, al Dios de vuestro camino.

Hijos míos, es muy cierto que Yo, Dios, os necesito.

¡Id y enseñad, con las obras de vuestra vida, que Yo soy el Dios que buscan, el Dios que desean, el Dios que esperan: estoy en la única Iglesia mía, de Dios. Estoy en la Iglesia del Papa, la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, la Iglesia que los llama por amor a Mí, a Dios!

Por favor, por favor, hijos míos, de Dios, sedme fieles, ¡héroes! Que es esto lo que precisan los “huérfanos”; ¡Yo soy su Padre! Y la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, es su Madre.

Buscad a los hijos que van sedientos y perdidos, buscadlos con los hechos cotidianos de ser fieles a Jesucristo, al Dios que morí por ellos, y no saben que existo.

Vosotros que lo sabéis, sedme fieles, sed santos: os necesito Yo, Dios, Uno y Trino.

¿No oís mi llamada? Es la llamada del Dios de Amor, de este Dios que os creé, no porque os necesitara, sino por daros mi amor; que es infinito y que lo abarca todo, y que necesita de sus hijos, de vosotros, amados míos, para que el mundo crea y no se sienta solo.

No hablo de los sacerdotes, ¡os necesito a todos!,  ¡sacerdotes, laicos y religiosos! ¡A todos! Ya que todos sois hijos míos desde el momento que os bautizan, y no podéis negaros a mis llantos; ya que son los llantos del Dios Niño, que obedecí a mis padres. ¡Obedeced vosotros a los vuestros: a Mí, a Dios, y a la Iglesia mía, la Única, la de siempre, la Católica, Apostólica y Romana!

Sólo hay una cosa que os pido, que cumpláis con el Catecismo.