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Revelaciones 29

Lunes, 20 de mayo de 1.996   Rezo…      20:11 h a  20:21 h.

Yo.-  Amado Dios, de parte de Gusma, te pregunta: “¿He de irme de donde vivo? ¿A dónde?”

+ Amada y buena hija de Dios y de María. No tienes por qué irte de donde vives, si no es este tu deseo.

Yo, Dios, estoy en todo lugar, y, si me llamas, acudo, como he acudido ahora, bonita Gusma.

Puedes dar mucho de ti, amada mía, allí en donde estés. Yo, Dios, os doy la libertad, la libertad verdadera, y deseo vuestra felicidad.

Cuando deseo que hagáis algo determinado, os mando señales visibles de mi voluntad; nunca os dejo solos, con desasosiego.

No es necesario que huyas de ti misma y tus pecados. Tus pecados te son perdonados, en el mismo instante de recibir la absolución, en la confesión de los mismos. Y con mi perdón, el perdón de Dios, te doy la gracia espiritual de enfrentarte con paz al equilibrio de andar la senda de Dios, la senda de cumplir mis santos mandamientos.

La vida no es fácil en ninguna parte; el mal está por doquier, querida y amada Gusma, el mal está en ti misma; pero si utilizas mis sacramentos, mi gracia, la gracia del Dios de amor, te perfecciona y te libera del error del pecado.

No es el lugar, eres tú, amada mía, quien rige tu vida; eres libre, y Yo, Dios, te cuido, tanto aquí como allí, ya que soy Dios, y estoy aquí y allí.

Tú, seme fiel, y toda tu vida será darme fruto, darme gloria.

Y Yo, Dios, te ayudo. Y Santa María, está siempre, siempre, contigo, hija mía, puedes hacer el bien, allí donde estés.

Y no temas; me amas, sé que me amas, y eres infinitamente correspondida.

No te preocupes. Yo, Dios, te guiaré, y tú lo verás, por mi providencia. Y lo harás con paz, ya que te la doy.

Acude, hija mía, a la confesión; te espero, te amo, y te guardo.