Martes, 21 de mayo de 1.996 Rezo… 11:00 h a 11:12 h.
Yo.- Amado Dios, el domingo vinieron Zuns y Critalisi. ¿Deseas decirles algo?
+ Este es mi deseo; mi Santa Providencia está en ellos, por mi amor, por el amor intenso e infinito que Yo, Dios de amor, siento por ellos.
Zuns, amado de Dios, del Dios verdadero, de Jesús, mira mi rostro, mis ojos, en la estampa que Fuerza y Primavera te darán de Mí. Y mirándome en ellos, en mis ojos, dime todo lo que desde hace tanto, guardas en tu corazón para decirme.
Dime que me amas; porque, ¿me amas, amado Zuns? ¡Di! ¡Dime la verdad, mirándome a los ojos, y no te mientas a ti mismo.
Hace tantos años que me andas buscando, aunque te molesta que me amen personas, que tú crees malas e indignas de mi amor. No juzgues amado hijo, ni te juzgues a ti mismo.
Yo, Dios, te amo a ti como a todos; o ¿es que es injusto que Yo, Dios, os ame a todos?
Dentro de unos días, volveré a hablarte; si tienes algo para preguntarme, sea lo que sea, pregúntame, amado mío, de Dios. A través de mi hija amada, Primavera, te contestaré. Pregunta, pregunta.
…
+ Y ahora hablo para ti, mi bonita y singular Critalisi.
El amor que sientes por todos tus semejantes, sin discriminación, te hermana conmigo, con Jesús, el Dios Hijo, que padecí por mi amor.
Si sufres, y sufres, no olvides de ofrecerme tu dolor para que derrame en ti y en los tuyos, mi Santa Providencia. Y lo haré, bonita hija y hermana de Dios.
Ten fe, tus oraciones son oídas, aceptadas, y controlo el momento para que compruebes que, han sido escuchadas.
Gracias a ti, y a Zuns, por los hijos que por vuestro amor y unión sacramental, dais a la vida.
Os bendigo por ello, hijos míos, y os doy mis gracias espirituales.
Os amo a todos, y os demostraré mi amor. Lo veréis, amados hijos de Dios.