Saltar al contenido

Revelaciones 25

Miércoles, 8 de mayo de 1.996   Rezo…      10:45 h.

Yo.- Amado Jesús, Dios mío. Sigue preguntándote Ansid:

Pregunta de Ansid: “Creo que muchas cosas no me funcionan porque no lo hago bien o no tengo fuerza de voluntad. Si supiera callar. ¿Seré capaz de tirar adelante; tendré paciencia?”

+ Hija, hija mía, la perfección no existe en esta vida, ni la perfección en vosotros, los hombres, ni en vuestras circunstancias. 

Es la lucha lo que corresponde a este mundo, la lucha por la perfección, y la lucha debe ser constante, de día en día, de hora en hora, de momento a momento.

Ansid, bonita mía, de Dios, no esperes la perfección en las cosas de la vida ni en las personas, empezando por ti misma, no la hallarás jamás; es la lucha para conseguirla.

¡Tienes que luchar!, y si luchas con amor y por mi amor, por el amor de Dios, ¡Vencerás!

Cada vez tendrás más paz; la paz viene de tener la conciencia tranquila, de saber que haces lo posible por ser buena y cada vez mejor, ayudando a los demás a ser buenos y mejores, dándoles tu comprensión, tu cariño, tu paz y sosiego, sabiendo que ellos luchan como tú, para la perfección, que como a ti, hija buena, mi linda Ansid, te cuesta conseguir.

Recuerda hija mía, si a ti te cuesta, a ellos les cuesta.

Todos sois imperfectos, ni uno es totalmente perfecto, aunque hay algunos que en algunas cosas, sois más perfectos que otros; luchad para serlo en todo.

Os podéis, os debéis ayudar; y en la unión sacramental del casamiento, hay mi gracia, que os ayuda a poder ayudaros uno al otro.

Y vuestro deber, uno al otro, además de tener hijos y amaros, es ayudaros mutuamente para perfeccionaros; y podéis hacerlo, y debéis hacerlo; hay muchos cónyuges que han salvado al otro de las llamas del Infierno eterno.

Amaos hijos míos, que Yo, Dios, os bendigo por este mismo amor.

Ansid, hija mía, eres capaz de tirar adelante, si luchas y ayudas a los demás, en sus luchas para perfeccionarse.

Sé buena,  hija de Dios. Acude a María, a mi Madre Inmaculada, Ella espera ayudarte, tú sólo debes pedírselo.

Y reza a tu Ángel de la guarda, y al Ángel  de la guarda de los demás, para que os ayuden a luchar perseverantemente; y acude a mi Santa y Única Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana; ve a asistir a la Santa Misa, todos los domingos y días de precepto, y ve a confesar, a menudo, tus pecados y faltas. Eso te ayudará a ser mejor, más buena conmigo, con Dios, y con los demás; y ven a comulgar, y al estar junto conmigo, con Dios mismo, te daré la fuerza y el amor de mi perfección.

Y todo lo que te ocurra en la vida, será maravilloso y bueno para ti, ya que, sea lo que sea, lo hallarás en tu caminar por el camino de la santidad, de la perfección; todo por amarme y demostrármelo, cumpliendo con mis mandamientos. Y luchando, luchando, sin darte cuenta, llegarás al Cielo, después de tu muerte. Y tu madre te está esperando, será feliz de reencontrarte para siempre jamás. Y gozarás de la perfecta felicidad, la de pertenecer totalmente a Dios, a Mí.

Te amo, te amo tanto, mi buena Ansid. Ven… te esperamos. Ven.