Saltar al contenido

Revelaciones 24

Lunes, 11 de Noviembre de 1.996   Rezo…      9:19 h. a 9:29 h.

Yo.- Amado Dios, te amamos y te necesitamos siempre.

+ Hijos míos, os amo, os necesito, y siempre estoy vivo en vosotros, si vivís cumpliendo mi Ley, la Ley de Dios, y estáis en gracia divina.

Vivid tranquilos los que alumbráis con vuestra Gracia al mundo. Dormid en paz. Yo, Dios, hago mi voluntad en vosotros, y a través de vosotros.

Hoy, mi santa Voluntad, es que estéis en paz. Mis Ángeles, muy de mañana, ya obran mi voluntad, y todo es armonía en un mundo donde el caos habita. Si no han chocado aún los satélites, es que mi santa Voz, la voz de Dios, los tengo controlados. Y así hago con lo mío, con lo de mi Casa, lo controlo todo a pesar del Demonio. Con los años, amada y fiel Primavera, las maravillas que habrás visto ejecutar, a pesar del Maligno, te harán adorarme; no sólo me amarás, sino que habrá en ti y en los tuyos, un éxtasis de adoración a Mí, a Dios.

Yo, dejo que actúe el mal. ¡Es libre! Mas Yo, soy Dios, y mi bien es muchísimo mayor que todo el mal del mundo, presente, pasado y futuro.

No temáis, hijitos buenos, confiad en Mí, en Dios, y confiando en Mí, “haced” santos a los hombres mundanos, por amor a Mí, al Santo de los santos, a Dios.

¡Hay que vivir ocupados en Mí, en Dios; no deis permiso a la excesiva imaginación; en ella se cuela Satanás, y disfruta martirizando la mente, y ensucia el alma!

No os fieis de nadie, y los necios son muy peligrosos; su misma necedad les encadena al mal; y hoy hacen bien, y luego hacen mal. No saben tener una norma de conducta.

Los hombres debéis de llevar impresa mi Santa Ley, la Ley de Dios, en vuestro corazón y en vuestra mente; si no, la necedad será en vosotros persistente, y con audacia, el Maligno la utilizará para sus fines.

¡Los hechos son los que os santifican!, y hacéis lo que tenéis en el corazón, y que antes de actuar lo pensáis en el horno de la mente, que es la que cuece los hechos. Y los hechos son las obras por las que demostráis vuestra fe, y es por lo que Yo, Dios, os juzgaré.

Sed santos, imprimid con el fuego de vuestro amor a Mí, a Dios, los diez mandamientos; os amo, santos.