Saltar al contenido

Revelaciones 23

Sábado, 14 de octubre de 1995… rezo… (10:27) a (10:49) 

 

+ Primavera, mi niña, cuán preciosa eres. Quieres ser buena, temes al mal, y eso te hace tener miedo de la gente. Pero, no debes temerlos, Yo Dios, estoy contigo y te protejo. Tienes que ser fuerte, te necesito fuerte.

Sabes que los hombres pueden llegar a hacer mucho daño, lo comprobaste en tu vida pasada, pero ahora me perteneces, Primavera, bonita; eres mi instrumento, y nadie podrá dañarte más.

Estás dolida con tu amiga Lix; todo cuanto le diste, se acabó con una llamada telefónica; comprendo que no desees ver a nadie, ya que tu amor no fue comprendido por tu amiga, y todo terminó tan deprisa, que no pudiste ni dar tu opinión. ¡Que Mamá sea tu única amiga del alma!, Ella jamás te decepcionará; y Yo soy tu amigo, ¿recuerdas Primavera, bonita? También te dolió cómo terminó todo con Cal. y la señora Liasium; y todo vino en pocos días de separación. Te quiero para Mí, Primavera. El amado sacerdote Xifón te lo dijo, pero no es por celos, sino porque te quiero libre de ataduras humanas; tienes que amar a todos tus semejantes por igual, ninguno más que otro.

No te preocupes, (Yo.- sonríe) te reconciliarás con mi hija Lix, pero serás de Dios. Voy a utilizarte, no temas, no vas a sufrir (Yo.- sonríe). No sé por qué todos mis hijos teméis que cuando os utilizo, no tenéis más remedio que sufrir. Al contrario, te quiero feliz, Primavera, hija mía, para que los demás vean que servir a Dios es divertido. No soy un verdugo, soy un Dios de amor y alegría. Quiero que todo el mundo sepa que cumplir con todos los mandamientos, da alegría, paz y felicidad. Te amo, hija mía, descansa, que tendrás que trabajar para Mí, para tu Dios y Señor. ¿Querrás? 

Yo.- Sí. 

+ Tienes un poco de miedo, pero Yo te daré mi paz.