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Revelaciones 22

Miércoles, 20 de diciembre de 1995… rezo… (7:10) a (8:01)

 

Yo.- Amado mío, mi amor, mi Dios, dime.

+ Si supierais, hijos míos, de la importancia e influencia de los padrinos de bautizo, no os lo tomaríais tanto a la ligera.

Hijos míos, herederos de mi Cielo, del Amor Eterno de Dios, de Dios Espíritu, del Dios vivo por siempre.

Y, ¿qué hay de vosotros que viva para siempre, sino vuestro espíritu?

Y, ¿quién recibe mi doctrina, la doctrina de Dios: vuestro cuerpo o vuestro espíritu?

Pues, si es vuestro espíritu, ¿a qué dais poder a los padrinos de bautizo: al cuerpo o al espíritu del niño?

Al espíritu, que es el que discernirá Mi doctrina, el que se llenará de fe o de maldad.

¿Y el espíritu, qué es?

¿Potencia o ser?

Pues al ser potencia, se influye por la acción potente que los espíritus de los padrinos, intervienen en la aceptación de su padrinaje y en la aceptación de ayudar a los padres a llevar el alma espiritual de esa criatura a Mí, a Dios, al Supremo Espíritu, que contiene Amor; y además, todos los frutos y gracias que podéis tener los hombres, y que Yo, Dios, los poseo en grado máximo e infinito, y en acción constante.

Y si el Espíritu está siempre en acción constante, en pleno movimiento, y siendo vosotros, hijos míos, semejantes a Mí, a Dios, y si heredáis el Cielo, con vuestra alma espiritual, ¿en qué sois semejantes a Mí, sino por vuestro espíritu?

Pues si he dicho, que la potencia espiritual es activa, quiere eso decir que tiene vida, y todo lo que tiene vida, tiene movimiento y crecimiento constante, y si crece, tendrá, como todo lo que crece, inclinación al bien o al mal.

Pues si el espíritu de vuestro hijo crece, y crece, ya que todo lo que tiene vida lo hace (tanto la vida interior como física), y si crece, crecerá en inclinación al bien o al mal.

Y si los padres habéis dado, en el bautizo el padrinaje a hijos míos que tengan inclinación al mal, pues, su poder, su autoridad, aceptada en el bautismo, influye en la persona bautizada, al mal.

Se dice que lo que sois espiritualmente, lo reflejáis exteriormente, y es verdad, ya que el cuerpo es vuestra herramienta de trabajo. Pues, ¿cómo se sabe cómo es en verdad una persona?; y cuando decís, en verdad, sabéis que la verdad auténtica es lo espiritual, lo que durará para siempre en vuestra alma inmortal, sea el Cielo eterno o el Infierno eterno.

Pues, si es el espíritu del mal lo que domina en el padrino, la persona, el ser, hijo de Dios, mío, que es bautizado en mi Iglesia, la Única Iglesia que es mía, y que es la Católica, Apostólica y Romana, la que da Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ¿qué recibirá en enseñanza, por comunión espiritual?: el mal, si como he dicho, el padrino no cree en Mí, en Dios, y no me ama y obedece; el bien, si el padrino es un auténtico hijo mío, hija mía, y se esfuerza en obedecerme, en cumplir mis santas y buenas exigencias, que son necesarias que cumpláis para heredar mi Cielo Eterno, y que son para vuestro bien: los diez mandamientos y los cinco de mi Iglesia Católica.

Los padrinos ayudan a los padres en la formación espiritual de los bautizados.

En la celebración del bautismo, tanto los padres como los padrinos, por mi Espíritu, el Espíritu de vuestro Dios, en el sacramento, uno los espíritus todos, y los acepto como ayuda al crecimiento espiritual del bautizado, al que se han unido, a Mí, y todos los espíritus en acción, a fin de poder ser un heredero del Cielo.

Todo lo creado por Dios, tiene su vida interior, pero en el ser humano, su vida interior es mi mismo Espíritu, mi Santo Espíritu Eterno, que es lo que es Dios, el Dios que me desdoblé por vosotros, por ese mismo Espíritu, que es Amor en potencia, y que tanto y tanto os amo.

¡Soy Dios!