Miércoles, 4 de octubre de 1995… rezo… (12:46) a (13:04)
Yo.- Dios mío, perdóname, a veces dudo que seas Tú quien me habla. ¿Eres en verdad, Tú?
+ Yo soy Dios.
Yo.- ¿Por qué me hablas a mí? ¿Por qué?
+ Por ser mi deseo, amada Primavera. No es que tú seas más amada. Las cosas de Dios, a los ojos de los hombres, no tienen muchas veces, explicación. No la busques, Primavera. Tú, hija amada, limítate a ser mi instrumento.