Saltar al contenido

Revelaciones 2

Martes, 17 de Septiembre de 1.996   Rezo…      10:04 h. a 10:34h.                                                                    

Yo.- Amado mío, Jesús mío, no temo al dolor físico, mas que no vuelva jamás a sentir en mí el dolor de la soledad y la calumnia. Ese dolor lo pasé antaño, y es el peor dolor que puede sufrir un ser humano, y no se lo deseo a nadie ¡a nadie!

+ Es amarga la soledad, y luchar contra la calumnia de los “buenos”, es imposible. Cuando los “buenos” hablan y sentencian, destrozan el alma de mis hijitos, de mis pequeñuelos, y Yo, Dios, los sentencio a la muerte perpetua.

Cuídate, Primavera, de calumniar.

La calumnia  es un pecado capital.

Aún si uno peca contra otro mandamiento, se confiesa, y la armonía se recupera, mas, ¿quién puede dar alcance a la calumnia?

Y os digo a todos los que habéis calumniado a un hijo mío: no basta confesaros, hay que trabajar para devolver la reputación arrancada por la calumnia; no es  momento de detener la lengua, al contrario, soltadla, y reparad la calumnia que hicisteis por no haber aguantado en el pasado, el habla.

Yo.- Dios mío y Señor mío, consuela mi tristeza, la tristeza que llegó a mí a los ocho años de edad, cuando mi madre me dijo que yo había nacido por un error de cálculo. Yo, aún hoy lloro, al recordarlo. ¿Por qué no me amaron mis padres? Así que nací sin ser querida. ¿No es eso existir sin existir?

+ Amada, mi linda Primavera, ¡Tú naciste por amor! ¡Por el amor de Dios, el mío! Tus padres no te querían viva, mas Yo, sí. Yo, Dios, te tenía destinada a la vida, antes de mi Creación. No sufras más por el amor que no has tenido de tus padres, ¡gózate por mi verdadero amor!

Y os digo a todos, a todos los que existís: Habéis nacido al mundo por mi amor, por el amor de Dios, y tanto da que vuestros padres os quisieran dar la vida o no; a vosotros, tanto os da, a vosotros os juzgaré por vuestras obras de fe, no por las obras de fe de vuestros padres.

Hijos míos, a todos los que tenéis vida ¡os amo Yo, Dios! Yo, Dios Creador, estoy loco de amor por vosotros; tan loco de amor estoy, que no precisé, en algunos, del amor de los padres para daros la creación. Por eso, incluso los hijos que han sido engendrados por violación, sois amados por Mí, por Dios, y deseados por Mí, por Dios.

¡No abortéis jamás! ¡¡Jamás!!

Dad vida a lo que ya tiene vida por mi santa voluntad.

Sí, tú te horrorizas de oír que Yo, Dios, amo el fruto del pecado y que lo deseo, Yo, Dios; os lo aclaro: ¡Jamás deseo el pecado!, mas sí que deseo y es de mi santa voluntad, las víctimas del pecado, esas, ¡las amo! y deseo su vida. No es que quise que tuvieran vida de esta manera, mas, por ser Dios, ya sabía que tendrían vida de esta forma; y tanto pecan a mis ojos, los legalmente  casados que han engendrado un hijo por error, como los violadores; a ambos les espera el castigo de su desvío, a ambos juzgaré y sentenciaré.

Primavera, amada mía, lo importante para ti, es que todos tus hijos, me los das y me los has dado por amor; eso es lo que veo Yo, Dios, Dios creador y redentor. Ten fe, ten valor. Pisa fuerte, ya que si naciste a la vida, aunque fue por error humano, fue también por voluntad Divina. Yo, Dios, antes de nacer, ya te quería, ya te llamaba “mi niña, mi buena niña”. No dudes de mi amor, del amor de Dios. Es el único  amor que realmente cuenta para ser feliz. ¡Sé feliz! Yo te amo a ti, y por ti morí. Vive tú en Gracia, por mi muerte de amor. Te amo.

Os amo a todos, hijos  creados por Dios, hijos redimidos por Dios mismo. Os amo. Vivid contentos, sed felices, ya que os ama el Amor, ¡Yo!