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Revelaciones 18

Viernes, 26 de abril de 1.996   Rezo…      (Por la tarde).

* Hijos míos, todos los principios son duros, y en las cosas de Dios, aún más, y mucho más lo vuestro, ya que es un mensaje distinto. Vosotros mirad mi rostro y el de mi Hijo, seguid fieles a nosotros y a la Santa Iglesia, y no os importe nada más. Id optimistas y alegres, ya que tenéis un mensaje de paz y amor para todos los hombres que vivan la fe católica.

El mundo es libre, amados míos, como lo sois vosotros.

Y os pido yo, María Virgen, que sigáis siéndonos fieles, ya que viviréis felices en la tierra y en el Cielo. Y no sufráis, no podéis sufrir, si sois humildes y continuáis fieles a Dios. Os beso con mi amor, y os digo que constantemente estoy con vosotros.

Al principio de esta nueva Era, como cualquier cambio de situación, es y será difícil ver que las palabras de mi Hijo, y Dios mismo, a través de estos Escritos, son verdad, y tardarán muchos años en verse, ni vosotros lo veréis jamás, pero así será. No dudéis de Dios ni de vuestra y su Madre. Os amo. Os será duro el mundo, pero vosotros pertenecéis a la Patria Celestial.

 

Viernes, 26 de abril de 1.996  Rezo…  11:36 h.  

Yo.- ¿Dime, Dios mío?

+ Os digo, al mundo: Yo, Dios, estoy en los Escritos que mi hija Primavera plasma en un papel y os da a conocer. Yo, Dios mismo, se los dicto, por ser nuestra voluntad, la voluntad de Dios en Unidad, ya que soy el Dios Verdadero, el Dios, Uno y Trino, que estoy y actúo en la Santa y Única Iglesia Católica, Apostólica y Romana; ¡es mi Iglesia!, a pesar de la infidelidad de muchos de sus bautizados en Ella, y de algunos sacerdotes, obispos y cardenales.

Y os aclaro, amados míos, que los milagros que actúo a través de Primavera y Fuerza, sólo son para los bautizados en mi Iglesia y que cumplen con Ella, usando de los sacramentos y cumpliendo con todos y cada uno de los mandamientos, tanto los de la Ley de Dios como los de mi amada Iglesia Católica. Para comprobar mis milagros, es imprescindible que, además, tengáis fe. Yo Dios os la probaré, a algunos, mediante la espera de ver cumplido mi santo milagro. Yo, Dios, os doy mis milagros por mi amor, y si os amo tanto, es natural que, si aceptáis mi amor y con él mi milagro, me deis vuestro amor en forma de fe y obras; es justo, es de justicia. Y además, al hacerlo, además de ver y comprobar mi santo milagro, vais andando el camino de la vida eterna, y si sois fieles y cumplís, os doy la felicidad terrena y eterna, ya que después de la muerte, estaréis en el Cielo, por vuestro amor al mío, y por haber cumplido obedientemente con lo que os pido: Bautizaos en la Iglesia Católica, cumplid con los diez mandamientos de la Ley de Dios y los cinco de la Santa Iglesia Católica, y utilizad de los sacramentos. Por ello, viviréis eternamente en el Cielo Conmigo, con Santa María, con los Ángeles y los Santos de todos los tiempos.
   
Para que podáis comprobar mis milagros, Fuerza y Primavera, mis instrumentos, obedeciendo mis órdenes, preparan agua de Lourdes, la ponen en un vaso, y Primavera la toca, y luego, ella junto con su esposo, los dos juntos, tocando el vaso, rezan para la persona en que Yo, Dios, he decidido hacer mi milagro, y rezan así:

 “Por el amor y misericordia de Dios, que se añada a los méritos de esta agua milagrosa de Lourdes, los deseos del Dios, Uno y Trino. Amén, amén, amén”.
“Por el poder y la voluntad de Dios, del Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te pido por el cuerpo y el alma de… (decís el nombre, o denominación), para que se obre tu milagro, por tu amor, tu misericordia e infinito poder. Ten, Dios nuestro compasión de… (él/ella); te lo pedimos por la muerte y pasión de Dios Hijo, por intercesión de María Santísima, San José, y todos los santos y ángeles, y por nuestro amor a ti y nuestra fe en ti, Dios Bueno y Fiel. Amén, amén, amén.”

Hay ocasiones en que, para ver y comprobar mi santo milagro, sólo les hago rezar la última oración.

Amados míos, no dudéis de mi amor. Soy el Dios creador del universo, y todo lo puedo.