Saltar al contenido

Revelaciones 17

Viernes, 29 de septiembre de 1995… rezo… (17:43) a (17:49)

 

Yo.- Dios mío, Dios mío, te amo, ayúdame; Tú sabes lo que me ocurre. Di, ¿qué piensas de ello? ¿Qué debo hacer, Dios mío? 

+ Hija mía, tan amada, cuán poquita cosa te ves ahora. Así me gusta, que acudas a Mí. Yo soy Dios y alivio los corazones que, temerosos, acuden a Mí. Reza a Mamá, y Ella te cubrirá con su manto de Paz.

No temas, Primavera, en la vida encontrarás momentos de tristeza, pero tú, hija mía, acude a Mí. Olvídate de los demás, y sólo piensa en amarme y hacer mi voluntad. Yo te amo tanto, mi niña. Sé buena, que espero mucho de ti. Deja a las personas que sigan su camino, tú sólo piensa que tu camino soy Yo, y no te faltará ni el amor ni la felicidad. Yo Dios te los doy, es mi regalo de Enamorado a mi amada hija predilecta. Todos los hijos que aceptan mi amor y me dan el suyo, son mis hijos predilectos.

Mira a tu alrededor y piensa en todas las cosas buenas que existen, Yo las doy para alegraros el corazón.

En cuanto al otro tema que te preocupa, el de tu hijo y mi hijo Bondad, Yo lo reconciliaré a ti y a mi santa voluntad. Haced la “mesa redonda”, no temáis, mi Espíritu está en vosotras; Yo os colmaré de bendiciones. Mi amado hijo Bondad vendrá a vuestro camino. Hablad sin gritar.

No temáis, que Yo os amo tanto a todos y os quiero unidos hasta la eternidad. Mi deseo se cumplirá. Sedme fieles, rezad, haced algún sacrificio y no perdáis jamás la fe, ella os da mi Paz.