Rezo… (11:38 h) a (… h).
Yo.- ¡Me gusta tanto hablar contigo, Dios mío!, y más hoy, que te veo feliz. ¿Por qué estás feliz, amor de los Lluvia? Di, di.
+ (Y carcajea). No te extrañe que no sólo sonría, ría, sino que incluso carcajee. ¡Soy Jesús!, perfecto hombre, sin dejar de ser Dios.
Y estoy feliz, ya que pronto, nacerá Flos, y con ella nacerá el florecer de mi Iglesia.
¡Muchísimos hombres me amarán!, y Dios será glorificado.
Y mi sacrificio, mi pasión, el holocausto del Dios Hijo, tendrá, por fin, fruto:
¡No me habrán crucificado en vano!
Mi justicia se cumplirá.
Casi dos mil años de espera, pero todo acontece según los deseos del Dios Padre.
Oh, amados; reíd, cantad, bailad.
Ha llegado nuestra hora, la hora del triunfo de Jesucristo, y por eso soy feliz, por eso no sólo río, sino que mi goce me hace carcajear.
Amados de Dios, ¡os necesito!
La Santa Iglesia de Dios, la Católica, os necesita.
Podéis ser útiles; todos tenéis parte en mis planes, en los planes de vuestro Dios.
¡Amadme!
¡Obedecedme!
¡Sed felices y útiles, cumpliendo con los mandamientos!
Así de sencillo es vuestro servicio.
No os pido heroicidades, sólo deseo cumpláis con vuestro deber, allí donde estéis.
No os pido dinero.
¡Os pido amor!
¡Amor!
Dad, dadme a Mí, a Dios.
Y dad a vuestros semejantes.
Y cuanto más deis, más os daré.
¡Soy justo! Y os colmaré con mi justicia; y por ella, os llenaré de dicha, la dicha que da, tener y sentir, mis dones espirituales. ¡No tiene precio!; ¡no se pueden comprar o adquirir por y con el dinero! ¡Sólo con amor! Por eso, Yo, Dios, soy tan feliz, ya que poseo y soy, Dios Espíritu, y tengo todos los dones y frutos del amor. Por eso río, sonrío y carcajeo.