… rezo… (12:53) a (13:02)
Yo.- Amado mío, mi vida, mi Dios y Señor: ¡Te amo! ¡Cada día más y más! Y, cada día veo que aún puedo amarte más.
+ Mi amor, amada Primavera, no se termina nunca, no se agota jamás; es como una fuente que mana raudales, raudales de amor y ansias de amar.
Quien bebe de esta agua, saciará su sed, y al mismo tiempo, deseará tener vida para poder beber.
¡Vivid hijos míos! ¡Vivid y bebed!
¡No evitéis tener hijos!, ¡que ellos, podrán así, también beber!
Deseo Yo, vuestro Dios, que deis fruto a vuestro fecundo amor.
Vuestro mundo es mi mundo, ya que Yo Dios lo creé, y en él hay cabida a cuantos hijos podáis tener. Yo pongo medida, y sé que hay cabida.
Hijos míos: ¡tened fe!