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Revelaciones 10

… rezo…

 

+ Hija mía, anota lo siguiente:

Por la dureza del corazón de mi amado hijo, el sacerdote Cal, Yo, Dios, sentencio definitivamente, que mis santos deseos del movimiento espiritual que afirmé en su día, que Yo, Dios, daría a mi hijo amado, y en su iglesia de (x), no se cumplirán, ya que por su libertad, ha sido infiel a Mí, ¡a Dios!, y se lo niego.

Puedo y lo hago, ya que soy el Amo del mundo, y del universo entero, que me obedece.

Mas los hijos de los hombres, sois libres, y vuestras actuaciones libres, entorpecen o facilitan mi santa voluntad, y en este caso las entorpecen.

Hijo mío, Cal, reconcíliate conmigo, con tu Dios. Llora tus pecados y acciones, y haz expiación.

Soy Dios, lo veo y lo sé todo, ¡todo!, de ti.

Y por saberlo, te niego la gracia que te ofrecí.

Te he estado avisando, y no me has oído.

Has ido contra mi voluntad, contra la voluntad de tu Dios, y además, has usado de mi santo sacramento, la Unción de los Enfermos, para tus fines humanos, y eso ¡no lo permito! (Yo.-Y se pone muy serio).

Me pongo serio, Primavera, hijita mía, ya que los sacramentos están para dar Gloria a Dios, y no a los hombres.

Fuerza, amado, mi apóstol, ve al sacerdote Cal, y dale mis Escritos hasta hoy. Yo, Dios, te autorizo con mi autoridad, que es la única autoridad autorizable.