Saltar al contenido

Oración para el padre de familia

.Oración para el padre de familia:

+ Hijo mío, toda tu vida debe de estar pendiente de tu familia presente, pasada y futura.

Tú eres el patriarca, la ley y la sabiduría, puesta a la práctica.

Debes amar tu hogar y desear vivir en paz.

Y Yo, Dios, te doy la oración maravillosa para conseguir tu dicha, la de tu enamorada esposa y la de toda tu familia, presente, pasada y futura.

 

+ “Dios mío, dame visión de rey, y obediencia fiel, de súbdito.

Padre de cielos y tierra, ante todo, bendíceme con una mujer buena y discreta.

Que le guste estar en el hogar, y quiera vivir en paz.

Que sea para ella, como la fuente del agua, para el que regresa de un paseo por el desierto.

Dame, Dios Padre, un hogar para cobijar a la esposa, a los hijos que nos des, a los padres de ambos, a los hermanos de los dos, a los cónyuges de nuestros hijos, a los nietos y bisnietos, y a los sobrinos, primos y santos amigos.

Si soy capaz de cobijar en mi hogar, viviendo o sin vivir, todos en él, pero teniéndolo siempre presente, dejaré de pensar en mi propio mundo exclusivo, y tendré el mundo, para ponerlo a tus pies, Jesús mío.

Tú naciste en una cueva en Belén, dame por tu cueva, la dicha de un hogar hermoso, donde yo sea siempre el patriarca amado y respetado.

Que escuche y no sentencie nada, antes de meditarlo y llevarlo de compañero a mi almohada.

Que sonría con la sonrisa de la complacencia, de tener el control de la familia; pero que nadie se sienta jamás, por mí controlado ni manipulado, sino que se sientan felices de vivir en mi hogar, y no deseen jamás dejarlo, porque tendré, Dios mío Jesucristo, que pasarte cuentas de todo lo que pase y acontezca en mi hogar, como patriarca que soy de mi familia. Amén.”

 

+ Hombre, amigo, si tú tienes vocación de padre de familia, si rezas cada día esta oración, serás uno de los pocos hombres que vivirás feliz en la tierra, y con salud y larga vida.

Tu familia, al hablar y al pensar en ti, levantará una plegaria a Mí, de alegría por ti; y esta alegría que vive en ellos, es la alegría que te dará la misma salud, la felicidad terrenal y la larga vida, con un final celestial.

 

Oración sacada de las Revelaciones 12, del libro 3 titulado; DANDO LA MANO A DIOS.