Saltar al contenido

Revelaciones 55

… rezo… (21:31) a (22:00)

 

Yo.- Amado Dios, ya sé que lo que pienso y siento en estos momentos, es algo increíble, pero siento la necesidad de pedirte, Trinidad Santa un solo Dios, que me hables de Ti. 

+ Eres fiel a mis mandatos, amada Primavera. Soy Yo, la Trinidad, que deseo hablar. ¡No llores, Primavera! No te dejes influir en que nadie me ha entendido. Yo te contaré, os contaré, mi locura de Amor. No nací ni crecí; soy, seré y era. Pero para dar fin a mi amor por vosotros los hombres, me “partí” en tres, para actuar ante mi beneficio de la locura de amaros tanto. Necesitaba de un Dios Hijo para que os redimiera de vuestros pecados, y Yo mismo me hice. Había necesidad de un Dios Padre al que Dios Hijo, por amor, le obedeciera hasta el sacrificio de la muerte, y me hice Padre. Necesitaba de la potencia del amor en movimiento, y me hice Espíritu. Todo eso me hice y fui, y soy y seré por vosotros, amados hijos del hombre, en quien gira toda la Creación entera. Sois mis delicias, y por vosotros, soy Uno y Trino, Divino y humano, carne y Espíritu.

Tú, Primavera, me diste a tu hijo para ayudarme a salvar al mundo; Yo lo acepté, por tu amor, por tu inocencia y humildad. Y por lo mismo, hablo contigo y a través de ti.

Amas tanto, que tu amor te perfecciona, y Yo te amo, y te cuento todos mis secretos. Por tu “locura” de darme el fruto de tu vientre, por dos veces, para ayudar a los hombres a alcanzar a Dios, te revelo mi locura de amarme y desdoblarme, para al final poder gozarme con vosotros los hombres, y gozaros vosotros en Mí. Me dividí, me individualicé en tres divinidades, siendo una a la vez, por mi amor. Incluso los ángeles, fueron creados para vosotros los hombres, por eso Luzbel se rebeló y fue contra Mí, ¡Dios!, ya que no podía sufrir que Yo, Dios, os amara tanto, y tanto, que os sigo amando, y tanto, que os seguiré amado.

Creo que lo has entendido, Primavera, ¿verdad hija mía? Lo he dicho con la mayor sencillez, ya que la verdad siempre es humilde, sencilla y fácil de asimilar.

Ve a tu esposo, mi amadísimo Fuerza, y dile que ya os dije que Yo, Dios, vuestro director espiritual, os lo diría todo. Deseo vuestra confianza, ya que confiadamente me entregasteis a Ana y Víctor. Y quien no quiera entenderlo, lo comprenderá en el Cielo. ¡Os amo, hijos!, gozaos de mi Amor; y no temas, Primavera, eres tan inútil humanamente, que me sirves eficazmente.

Diles a vuestros amadísimos hijos, que la Trinidad, que es Dios, les ama con delirio, y nos unimos en voluntad para daros los frutos del amor de Dios a ellos, y a vosotros dos, amados, Fuerza y Primavera. 

Yo.- Nota: (Hoy hace 8 meses que murió Víctor; tenía 7 meses y 10 días).

Cuando me hablaba la Trinidad, veía a mi alrededor una “niebla” clara y blanca, no muy alta, pero que impedía a Satán que se acercara a mí, ya que yo lo veía a unos seis metros de mí, pero no intentaba cruzar la “niebla”, estaba “conformado”, ya que parecía, por su actitud, que estaba convencido que no podía cruzarla. Me ha dicho algo desde lejos, pero no le he puesto atención, ya que él tampoco alzaba mucho la voz.

En cambio, cuando me habla Jesucristo, Satán se acerca tanto como quiere, y lo veo y lo oigo, ya que parece como si Jesús y él, hubieran estado muchas otras veces “juntos”. Me comenta mi esposo Fuerza, que como Satán se acercó a Jesús y le tentó en la vida, por eso viene también cuando Él está.