Jueves, 14 de marzo de 1996… Rezo… (8:39 h) a (8:55 h).
Yo.- ¿Deseas decirnos algo, Dios nuestro Señor?
+ Vuestro Dios y Señor os dice: Amados instrumentos y apóstoles de Dios; cuando Yo, por mi poder y autoridad, concedo un milagro, es el deseo de Dios, en unidad, que vosotros obedezcáis, amados míos, y le hagáis llegar el agua de Lourdes y mis santas palabras, y que él o ella, libremente, decida beber y cumplir mis santas órdenes. ¡No deseo que digáis nada!, ¡no vais a vender!, es un regalo que Yo, Dios, hago por mi santo e infinito amor. Y no sufráis por nada; vosotros habéis cumplido, y tendréis mi total recompensa. Tampoco indaguéis si es verdad lo que les digo, a menos que os pidan consejo. Y no dudéis a mi voz, ¡soy Dios!, y no miento, pero a veces, los hombres sí que mentís para salvar lo que llamáis vuestro “honor y dignidad”, o por cubrir vuestra reputación.
¡Son, sois, libres!
Que nadie se entrometa entre mis santas palabras y la libertad que cada uno de vosotros, hijos míos tan amados, tenéis en verdad, y con y por ella, debéis actuar.
Vosotros, amados apóstoles míos, quedad con mi paz, y si no desean obedecerme, no sufráis, os sacudís el polvo de vuestro calzado, y andáis con mi santa bendición. ¡Es mi petición!, la petición de Dios, que tanto amo al mundo, y por eso el mundo es libre, para corresponder a su Dios.
¡Amadme con y por libertad! Yo mismo os amo así: libremente.