… rezo… (11:14) a (11:47)
Yo.- Aparte de si os creéis o no, que el Espíritu de Dios habla a través de mí, deseo recordaros que soy una persona cristiana, con mis muchos defectos, pero libre de actuar para con mi Dios y Señor, igual que todos y cada uno de vosotros. No porque dudéis si Dios habla a través de mí o no, soy un monigote o alguien de quien desconfiar. Os ruego miréis mis palabras escritas y habladas, y mis hechos ante los hombres y Dios.
Por lo tanto, por mi libre autoridad de ser hija de Dios, os suplico no amontonéis la carga sobre mis hombros, aunque Dios me ayude a llevarla; no hay por qué tentarle.
Yo creo en vuestra libertad, y a ella le hablo; si creéis que Dios habla a través de mí o no, no por eso voy a discutir, que cada uno libremente discierna, el tiempo aclarará muchas cosas que Dios me ha dicho y no son de fe y moral, y en cuanto a estas últimas, os aconsejo miréis si van contra Dios o la Iglesia Católica, y dejadme seguir mi vida en paz. Yo no obligo a nadie a darme la razón; no la deseo ni la necesito, ya que cuando Dios me juzgue por segunda vez, todos vosotros estaréis presentes y sabréis la verdad. Id y quedad con Dios, el mismo que todos amamos.