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Revelaciones 25

Miércoles 18 de octubre de 1995… rezo… (11:46) a (12:05)

 

Yo.- Dios me pide que escriba. 

+ Hijos amados, Fuerza y Primavera, deseo que antes de ir a hablar con estos esposos, recéis así: “Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, gloria a Santa María y a San José; que los ángeles nos ayuden, y Dios Espíritu Santo guíe nuestra persona toda, para que seamos fieles y útiles a la voluntad de Dios; Él está con nosotros, y todo lo que ocurra será provechoso para su Santa Voluntad.”

Primavera, hijita mía, id siempre alegres y estad optimistas; nada es imposible para Dios, y Él intercederá por vosotros. Vuestro amor derretirá los corazones, y querrán ir a Dios.

Se darán cuenta de que ellos, por si solos, van de fracaso en fracaso. Sólo Yo Dios y mi gracia, pueden mantener el amor en el matrimonio, que es un sacramento que actúa por mi voluntad.

Los días que pasasteis enfadados, Primavera y Fuerza, fueron dispuestos así por Mí, para que comprendierais y dierais a comprender a otros esposos, que el hombre por sí solo, sin mi gracia, va a la perdición, a la ruina.

Mi mandamiento es este: amar a Dios sobre todas las cosas, y como Yo Dios os amo tanto, os daré mi gracia y os colmaré de bienes: de paz y felicidad terrenales, y luego, la dicha de estar eternamente entre mis brazos y en los de vuestra Madre, la Virgen Santísima.

Ahora ocúpate de tus hijos Primavera, ya que no te dejan escribir tranquila, ellos son lo más precioso que tengo, ¡cuánto los amo! Tus hijos me llenan de ternura y sonrisas… Ve a ellos y diles que los amo; que Dios les ama.