Saltar al contenido

Revelaciones 24

Martes, 13 de Agosto de 1.996   Rezo…      a 20:32 h.

Yo.- Amado Dios, ya me has oído, todo lo que he comentado con mis hijos, y te digo: ¡Los ricos me asustan!

+ Ellos, los ricos, van asustados por la vida. Tienen miedo de los pobres. Les da miedo que no les amen por sí mismos, sino por su dinero.

Yo.- Amor Mío,  te pido, en mi nombre y en el de mis hijos, que permitas que la persona que Tú elijas para ellos, para casarse y tener hijos, no sea ningún rico, ni de padres ricos. Creo que la mayoría de las personas que tienen exceso de dinero, padecen enfermedades mentales.

+ He escuchado vuestras súplicas, y Mamá me recuerda lo feliz que fue viviendo la  pobreza, junto con su casto esposo San José. No os preocupéis, este asunto vuestro, está en sus manos y en su santo Corazón, y su Corazón conoció el gran amor humano, y eso os dará, ¡un gran amor de verdad para cada uno!

El dinero da cierta seguridad, pero no puede dar toda la seguridad; por eso, algunas personas ricas sufren de enfermedades mentales, ya que, teniendo dinero, no pueden controlar ni comprar lo más importante, los sentimientos de sus semejantes. Y tienen miedo por no poder controlarlo todo.

Una persona pobre, como no tiene seguridad en nada, está acostumbrada a luchar contra su miedo, y es más capaz de abandonarse a mi Santa Providencia.

Yo.- Amado mío: ¿Estás seguro que tenemos que ser ricos?

Tengo miedo a la riqueza, ¡no sabré que hacer! Y no deseamos que nos separe de Ti y de Mamá.

+ No tenéis por qué sufrir. Sois buenos. Sabréis dar en la pobreza y sabréis dar en la opulencia. Yo Dios estoy con vosotros, y el mundo acudirá a pediros, y vosotros daréis, por recordar vuestra angustia en la miseria que quise que probarais, antes de daros la opulencia. Lo permití para que así, otro día, ayudarais al mundo y a vosotros mismos. Y la llave es dar.

Dad y os daré, dad y recibiréis, dad y os recompensaré.

Dad siempre, y dad, dinero, tiempo y amor.

Dad, dad, dad de lo que Yo, Dios, os doy.