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Revelaciones 14

Lunes, 29 de Julio de 1.996   Rezo…

Yo.- Amado mío, estoy ansiosa por preguntarte si puedes volver a decirme lo que me dijiste el  sábado por la mañana, antes de rezar el Ángelus. ¿Puedes?

+ (Sonríe amistoso) Y es que hay amistad entre nosotros, ¿verdad?

Te repetiré mis palabras, amada y buena Primavera.

Este es mi deseo, el santo deseo de Dios: No os escondáis de ser católicos, lo sois; sois herederos de mi Cielo, sois mis amados hijos.

Y no temáis de vuestra imperfección, de que podáis, con ella, asustar al mundo.

Estoy cansado de que el mundo busque la perfección en los católicos, y, al no verla, renuncie a la Verdad, que dice que mi santa Iglesia Católica, viene de Mí, de Dios.

Vosotros, luchad por vuestra santidad, y que el mundo vea vuestra lucha; esta es la perfección de los católicos, la única perfección posible, la perfección en luchar para la santidad.

Nota:

Yo.- Sí, la película se hizo, pero, sólo es una película hecha por una feliz y unida familia. No tiene la calidad suficiente como para pensar, ¡ni soñar!, en que nos haga millonarios, ni tan sólo ricos, ni que llegue a cubrir los gastos que nos ocasionó.

Pero Dios, más adelante, en el transcurrir de los años, habla de “la película”, de la película de nuestra vida, la vida de una feliz familia que ama a Dios y, que veréis, al leer los libros, “La película” de nuestra vida, que iréis leyendo a través de las Revelaciones Divinas.

“El dinero”, son riquezas espirituales que Dios, en su bondad y misericordia, nos ha ido concediendo. Y el tener que dar su parte”, la parte que toca a Dios, por nuestro contrato que libremente hicimos con Él, por esta alianza, Él, Dios, nos da dones y sus gracias, y nosotros debemos dar la parte que recibimos de Dios, o sea, todo, a la Iglesia Católica, al Papa, es decir, servir a los hermanos.

Dios es así; a veces, es enigmático, y quiere que sigamos leyendo sus Revelaciones, y hace interesantes los mensajes, para que cumplamos sus deseos.

Nos hace la vida agradable, la lectura grata, para llenarnos el alma de la belleza de su Amor Verdadero, que está en sus palabras.