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Revelaciones 39

Viernes, 31 de Mayo de 1.996   Rezo…      13:41 h a 14:40 h.

Yo.- Amado Amor. A Ti, Dios verdadero, te pregunta Sulsina de Jesús:

Pregunta de Sulsina de Jesús: “Yo, sólo quiero hacer Tu voluntad, luz para verla y fuerza para cumplirla. ¿Hice mal de salirme del convento de clausura? ¿Quieres que vuelva al convento?”.

+ Hijita traviesa. Mi torpe Sulsina de Jesús. Y digo torpe, en el sentido de que no sabes vivir en el mundo. Y es que eres mía, de Jesús. ¿Verdad, bonita Sulsina?; me gusta tanto el perfume que desprende tu amor.

Sí. Deseo Yo, Dios, que vayas a un convento. No al que fuiste, sino a otro, al que te dirá tu director espiritual. Serás muy feliz, ya que irás donde perteneces, a la oración continua, a la súplica constante por el mundo, por tus semejantes. Con tus oraciones, harás mucho más por ellos, que con tus propias manos. Ese es mi deseo, el deseo de Dios. Mas, tú eres libre, mi buena y dulce Sulsina.

Yo.- Pregunta Sulsina de Jesús: “Qué me pasa, que no puedo orar, que no puedo conectar Contigo?”.

+ Estás asustada, el mundo te asusta, y el miedo acapara lo que me pertenece, lo que le pertenece a Dios: Tu espíritu.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “No sé confesarme. No sé explicarme en la confesión”.

+ No sabes decir la verdad, ya que vives en la mentira de una sociedad que te asusta y casi no te deja pensar ni meditar. Y si uno no medita, amada hija mía, mi linda Sulsina, no puede confesarse bien, no sabe confesarse, ya que la confesión es vaciar vuestro espíritu al de Dios, y llenaros del Mío, al recibir la absolución de vuestros pecados.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “Vivo en una oscuridad tan tremenda, que no sé qué pasa”.

+ Yo soy la Luz. Ven a confesar muy a menudo, y te llenaré de luz el espíritu, que resplandecerá por la gracia de tu humildad. Al acercarte a confesar tus faltas, Yo, Dios, te llenaré de gracias espirituales, y por tu gracia, dejarás la oscuridad y vivirás en la luz de mi Espíritu vivo en ti.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “¿A qué director espiritual tengo que seguir: Al Padre A., al Padre B., al Doctor C.?”

+ Los tres son sacerdotes de mi Santa Iglesia. Los tres son amados por Dios. Ve al último de ellos, y que derrame en ti mi bendición.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “¿Qué tengo que hacer en el futuro?”.

+ Eres libre, amada Sulsina. Y debes hacer tu libertad. Yo, Dios, te la di y jamás te la quitaré. Es tuya. Me la entregarás al traspasar las puertas de la muerte. No temas a la muerte, la Virgen Inmaculada vendrá a ti en el mismo instante que cierres tus lindos ojos. ¡No estás sola, ni en la tierra, ni en el Más Allá! Yo, Dios y María, estamos siempre contigo, vida mía, mi amada Sulsina: Ven tú a nosotros en la plegaria.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “Estoy mal de salud. Me encuentro mal”.

+ Tu espíritu no está en paz, y por no estar tranquilo, perturba a tu físico. Busca la paz y hallarás la salud.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “Jesús, deseo verte, sólo te deseo a Ti”.

+ Así tiene que ser. Que una esposa ame al Esposo y sólo viva para él. Te amo tanto, vida mía. Oh, mi amada Sulsina de Jesús: Eres mía.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “Te pido por la conversión del alma de Marosa y su madre Serate. Marosa está muy mal, lleva muchas operaciones y deseo su salud, pero sobre todo la de su alma”.

+ Fuerza y Primavera, dadle a mi hija Sulsina, la hoja donde explico mi voluntad de hacer Milagros a través de vosotros, y que ésta lo dé a sus amigas. Si desean mi santo milagro, me lo pidan. Y en cuanto a su alma, no sufras, amada Sulsina, por las almas del mundo. En vez de sufrir, reza por ellas, con la certeza de saberte mi amada Esposa. El esposo está pendiente de la esposa, y Yo, Dios, tu Esposo, estoy pendiente de ti. Y como buen Esposo, escucharé tus súplicas y te ayudaré en lo bueno. Así es amada mía.

Yo.- Pregunta de Sulsina de Jesús: “Te pido por Sinfa, que tiene gran capacidad para evangelizar, aunque no tiene mucho tiempo, por estar su madre enferma”.

+ Un abrazo amada Sinfa. Como Yo, Dios, te ocupas de tu madre y la obedeces. Tu obediencia hace que derrame en ti gracias especiales del don de la palabra. Ya que no tienes mucho tiempo, suplo su falta, con las gracias en la palabra que sale de tu boca. Sigue así. Te estoy preparando un lugar muy cerca de mi corazón en el Cielo Eterno conmigo, Dios, y con Santa María, que te entrega su rosa roja, por ser su doncella y repartir tu amor por ella, a los demás.

* Gracias, Sinfa mía. Y gracias te son dadas a ti Sulsina, y con ellas también te brindo mi rosa roja: ¡Que Dios os bendiga, hijas mías!